muchos como un soplo de aire fresco en el habitualmente estancado escenario político de la ciudad. Al contrario que la inmensa mayoría, no se muerde la lengua al hablar, ya sea para criticar al equipo de gobierno del PP o para cuestionar las decisiones del Ministerio de Fomento. Y ante todo, tiene las ideas claras.

"Ganemos o estemos en la oposición ya no se podrán decir las mismas tonterías que se han venido diciendo sobre temas cruciales; ahora el alcalde habla de un hotel en el puerto, eso es más ocurrencia que lo de los pitufos", dice. La utilización de esta figura marca fielmente parte del carácter del que dice será concejal de Urbanismo si gana el PSOE.

A su juicio, es la imagen que más fielmente mimetiza con el alcalde, Francisco de la Torre."Está falto de ideas, enquistado, con unos asesores del siglo pasado", comenta como parte de un argumentario que no tiene descanso. "De la Torre es una máquina productora de contravalores, porque dice lo que no tiene que decir; va como los cobradores de autobús antiguo, en la parte trasera, porque piensa que hay que producir más billetes del AVE, más cruceristas, pero eso en esta ciudad está descartado".

Semanas atrás, en medio de una rueda de prensa, rompió todos los cánones al comparar al equipo de gobierno del PP, encabezado por Francisco de la Torre, con un pitufo herido, y a la propuesta socialista con otro muñeco de Bart Simpson sobre un patinete. "Este muñeco es reflejo de la gente joven, que son los más damnificados, los que sufren peores calidades de vida, peores condiciones de empleo, peores sueldos, peores salidas profesionales... y encima sufre el bombardeo de que estamos en el mejor sitio de España, cuando es mentira".

"Intento que la gente tenga confianza en una política que no es ésta, por eso las metáforas, por eso las salidas en las comparecencias y el sentido del humor", afirma con contundencia, al tiempo que precisa que en contra de lo que muchos puedan pensar sus acciones "tienen que ver más con el sarcasmo que con las bromas; yo es que soy muy serio (dice entre risas)".

Cuando se le insiste por sus formas peculiares de decir y expresar las cosas, este arquitecto de profesión, funcionario de la Diputación y que presidió el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España entre 2001 y 2009, da una respuesta igual de curiosa: "Soy Leo, soy un tío expansivo que cuando vino a Málaga tenía 30 años y me encontré como en casa; es una forma natural de mi relación con esta ciudad".

Pero más allá de eso, busca romper con lo que, afirma, le causa "indignación". "Estoy cabreadísimo con las forma estereotipadas, con los perfiles clásicos, la gente siguiendo un patrón establecido, en las ruedas de prensa tenemos que hacer todos los mismo, como bustos parlantes".

Él huye de eso. "Voy por los mercado y voy metiendo tarjetas de María Gámez entre las cigalas y los boquerones". Mientras las notas musicales suenan en su antigua radio, en un gesto de absoluta sinceridad admite que parte de su alocada manera de ser puede responder a una vocación teatral frustrada. "¿La tuvo?", se le pregunta. "Me hubiese gustado ser actor de comedia musical".

Crítico, sincero, pasional... Hernández Pezzi tiene el perfil contrario al de la inmensa mayoría de los políticos. Una peculiaridad que desde hace semanas va unida a su pareja de hecho, María Gámez. "Ella representa el tesón y la ilusión de una persona muy joven, y yo, la necesidad de devolver a la ciudad en la que vivo y a la que más quiero algo de lo mucho que me ha dado".