Presume de ser de las pocas personas bautizadas en la iglesia del Cachorro. Francisco Herrera lleva desde 1995 al frente de la asociación Proyecto Hombre, un programa educativo-terapéutico para el tratamiento y prevención de las drogodependencias que desde el año 2000 tiene su sede en Triana. Su vida ha estado siempre íntimamente ligada al barrio que le vio nacer, y, aunque ahora es vecino del barrio de los Bermejales, sigue haciendo vida de trianero activo, “paso aquí casi todo el tiempo, incluso los fines de semana siempre vengo a tomar algo con los amigos”, afirma. Se siente muy vinculado con el Cachorro, donde ejerció de director espiritual antes de abandonar el sacerdocio para formar una familia.

En la actualidad, sigue ejerciendo una importante labor social con la atención a un total de 450 toxicómanos. Una iniciativa, que, afirma, “fue muy bien acogida en el barrio, pese a que en principio podría haber generado algún rechazo”. Asegura que Triana sigue manteniendo su identidad, “a pesar de la llegada masiva de gentes de otros lugares que pueden distorsionar algunas cosas, la percepción que tengo del barrio continúa siendo la misma”.