Miércoles festivo como siempre, pero algo distinto

Miércoles de feria

La jornada no laborable de la Feria se impone como el día de los almuerzos en familia en una edición en la que el miércoles deja de ser el ecuador de la fiesta pero se mantiene como el de mayor afluencia de mediodía a noche

Un miércoles de Enganches que casi llena la Maestranza

El real abarrotado de gente en la tarde del miércoles festivo en el que los sevillanos llenaron la Feria desde la hora del almuerzo.
El real abarrotado de gente en la tarde del miércoles festivo en el que los sevillanos llenaron la Feria desde la hora del almuerzo. / Juan Carlos Vázquez

Las fiestas populares, como manifestación social que son, evolucionan. Incluso las más tradicionales celebraciones con raíces centenarias tienen que ir adaptándose a los nuevos tiempos: el aumento de visitantes, la hipercomunicación, los cambios sociales, los nuevos hábitos de horarios, otros perfiles de participantes... Son cuestiones de las que no se libran ni las más conservadoras fiestas sevillanas como lo es su Feria de Abril. Y pocas veces puede verse todo ello tan claramente como en este 2025.

Que el miércoles es el día festivo de la Feria y que casi no hubo sevillano que se quedara sin pisar el real (amén de cómo estaban las calles y casetas de gente), es igual que siempre; pero que ya no es el ecuador, sino el segundo día de la fiesta en este recuperado formato de lunes a domingo, es distinto, y eso se ha notado en las ganas de Feria, sobre todo, de día, esa postergada en la jornada festiva en años anteriores a la tarde por los excesos (en toda la extensión de la palabra) de la larga noche del martes.

Algo que no cambia es que hay gente, mucha gente, en los primeros días de Feria. Hay calles por las que es difícil abrirse paso. Pero sí es distinto este año el ambiente, mucho más fresco que de costumbre, que bien hizo valer el mantoncillo a las flamencas, que eso tampoco cambia, las hay todos los días y de todos los colores, y no hizo sobrar la chaqueta, como rige el protocolo, a ellos. "Hace una temperatura muy buena", se escucha en un corrillo a las puertas de una caseta en Juan Belmonte. Hay quien, incluso, busca el sol en un día cuasi cubierto.

Como siempre es también que el miércoles de Feria lo vive el sevillano y lo hace en familia. El día festivo en la capital hace que los descansos laborales hagan posible los primeros almuerzos entre parientes, de esos que más bien parecen bautizos o comuniones por la extensión de las mesas y el número de comensales. Buen ejemplo de ello es la caseta del Círculo Mercantil e Industrial en Joselito El Gallo. A las 15:00 horas no cabe un alfiler en los ocho módulos que ocupa, entre los números 13 y 21.

De Sevilla son los Sánchez Garrote. María y Gustavo, hermanos, y sus respectivas parejas, todos este miércoles festivo de descanso, disfrutan de una amable sobremesa, la primera en el real esta Feria, en Juan Belmonte 204 mientras el pequeño Álvaro juguetea con el móvil. Son más de las cuatro de la tarde y las bandejas de solomillo al whisky, chocos fritos y chacinas dejan a su paso el aroma que denota que en la Feria los almuerzos se aletargan a bien entrada la tarde a favor de un largo entrante de manzanilla y rebujito.

Entre amigos celebra cada miércoles de Feria el histórico y entrañable fotógrafo Manolo Gallardo en Juan Belmonte 215 la entrega de los Premios de la Caseta de la Prensa del Corazón a personalidades de carácter nacional o internacional con gran vinculación con la fiesta de farolillos.

La caseta de la Prensa del Corazón acogió un año más la entrega de premios de la Asociación de la Prensa Gráfica.
La caseta de la Prensa del Corazón acogió un año más la entrega de premios de la Asociación de la Prensa Gráfica. / Rafael del Barrio

En su 41 edición, apadrinado un año más por el presidente y CEO del Grupo Bodeguero José Estévez, José Ramón Estévez, el acto fue presentado por José Miguel Gallardo, en la inestimable presencia del anfitrión del evento y presidente del jurado, Manolo Gallardo, sin cuya ilusión, constancia y dedicación estos galardones no serían posibles. Los premiados fueron Joaquín Rodríguez, empresario del grupo Tecmancer, encargado de repartir y distribuir tiradores de cerveza de la Fundación Cruzcampo; y la Hermandad de la Esperanza de Triana por su labor de caridad, siendo entregado en este caso a su hermano mayor, Sergio Sopeña. No sin expectación, los galardones, dos Giraldillos diseñados por Álvarez Duarte, fueron entregados por el director del Hotel Alfonso XIII, Carlo Suffredini, y el responsable regional de Eventos Comerciales en Heineken España, Antonio Pardo Álvarez, respectivamente.

En un ambiente mucho más distendido, en las casetas de los distritos, las pocas públicas y de entrada libre que hay en el real, también se vieron multitudes este miércoles festivo en la capital. Marta López, sevillana residente en Toledo por cuestiones laborales, sostiene en su regazo al pequeño Alejandro en la del Cerro-Amate, en Juan Belmonte. “Tenía muchas ganas de venir a la Feria y luego se cansa”, afirma. “Tendré que llevarlo con la abuela y volverme sola”, bromea.

Una joven amazonas durante el paseo de caballos.
Una joven amazonas durante el paseo de caballos. / Juan Carlos Vázquez

El paseo de caballos también se repite este miércoles de Feria. Estilosas amazonas al galope, catavino en mano, y caballista con su flamante flamenca a la grupa es un clásico que no cambia en las horas centrales del día sobre el albero, modelo de sábado a sábado o de lunes a domingo. Sí es diferente este año el perfil de algunos carruajes que se ven este miércoles en el real. El aplazamiento por motivos meteorológicos a este día de la Feria por primera vez de la Exhibición de Enganches, uno de los eventos más esperados del calendario ecuestre y festivo de la ciudad, llenó ayer de glamour el albero, dejando inusuales estampas de fusión de lo clásico y lo moderno en un maravilloso despliegue de elegancia y tradición en el real.

Pequeñas flamencas en un día festivo en el que los niños fueron protagonistas.
Pequeñas flamencas en un día festivo en el que los niños fueron protagonistas. / Antonio Pizarro

En la calle del Infierno, pocos cambios. Es día festivo y primero sin actividad lectiva en los colegios y los niños se convierten en grandes protagonistas en esa zona de la Feria donde las sevillanas son sustituidas por temas de reguetón. La pequeña Julia discute con su madre, Inmaculada García, que ha tenido la valentía de llevarse a todos los niños de su grupo de amigos a los cacharritos "para que se cansen un poquito". Julia quiere el ratón vacilón, un clásico entre las atracciones más demandadas año tras año entre los niños y no tan niños. Su madre, sin embargo, guarda su turno para montarlos a todos en los coches de choque. "Es más propio para su edad y así me ahorro yo montarme porque solos ahí no los dejo", dice convencida, aunque sin seducir con esta idea a su hija y sus expectativas.

Reservar el bolsillo puede ser otra de las razones por las que Inmaculada hace cambiar a los pequeños de idea, aunque sin reconocerlo. Entre 3,50 y 4 euros para los pequeños y hasta 7 para los adultos. Casi nada. Pero con un "gran esfuerzo" por parte de los feriantes por mantener los precios del año pasado. Este modelo con un día menos, se ha notado en la calle del Infierno. "Se pierde un fin de semana entero", han coincidido algunos de los responsables de las atracciones consultados por este periódico. Y es que, formato largo, formato corto, el miércoles festivo en el real sigue siendo como siempre, pero algo distinto.

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