Pasarela

Boda de cuento

  • Magdalena de Suecia da el 'sí quiero' al estadounidense Chris O'Neill ante la atenta mirada de la monarquía europea.

El Palacio Real sueco se engalanó ayer para servir de escenario al enlace de la hija menor de los reyes, probablemente, una de las princesas más guapas de Europa. Magdalena de Suecia escogió la capilla real para dar el sí quiero a Chris O'Neill, un financiero estadounidense con el que inició una bonita historia de amor en Nueva York hace dos años.

El novio entró en el templo junto a uno de sus amigos de la infancia y en la capilla ya lo esperaban la reina Silvia y la princesa Victoria. La monarca hizo su entrada del brazo de su hijo Carlos Felipe, con un vestido de organza en tono jade con cristales de Swarovski y fue, sin duda, una de las más elegantes del encuentro. Por su parte, la princesa Victoria escogió un modelo en color maquillaje y una bonita tiara con motivos florales. Aunque su presencia quedó eclipsada por su pequeña Estelle, que lucía un vestido blanco con un adorno floral en tonos marrones en la cintura.

Sin apenas hacer esperar a los más de 400 invitados al enlace, la novia entró al templo del brazo de su padre, el rey Carlos Gustavo, luciendo para la ocasión un bonito vestido realizado por Valentino en organza de seda plisada con encaje de chantilly en color marfil, un elegante modelo con escote de barco que le caía hacia la espalda y en el que destacaba el encaje tanto en la parte superior del vestido como en las mangas. El velo, también en organza de seda, partía de la tiara favorita de la princesa, la que le regaló el rey a la reina Silvia con motivo de su décimo aniversario de boda, y que, siguiendo una tradición sueca, estaba adornada con flores de mirto blanco, las mismas que lucía en su ramo.

Con la naturalidad que le caracteriza y una sonrisa permanente en su rostro, la princesa Magdalena tuvo durante la ceremonia diversos gestos de cariño y miradas de complicidad con su pareja. Después de que la princesa Victoria deseara a los novios felicidad con una emotiva lectura y, tras la intervención musical de Marie Fredickson, la vocalista del grupo Roxette, los novios intercambiaron los votos; en su idioma natal, ella, y en inglés, él.

A la ceremonia siguieron 21 salvas disparadas desde las instalaciones militares de Skeppsholmen así como el cortejo en carroza de los contrayentes por las engalanadas calles de Estocolmo, un recorrido ampliamente aplaudido por miles de suecos.

En cuanto a los invitados al enlace, llamó la atención la ausencia de los príncipes españoles y los nuevos reyes de Holanda. Los que sí asistieron fueron los representantes de las casas reales de Noruega, Dinamarca, Luxemburgo, Grecia y Mónaco (este último sólo con la presencia de la princesa Charlenne, ya que el príncipe Alberto prefirió acudir a la fiesta de un club náutico de su país).

Entre las más elegantes, además de la hermana y la madre de la novia, destacaron Tatiana de Grecia, que escogió para la ocasión un vaporoso vestido azul cielo con escote palabra de honor, y Vicky Andren, la esposa de Gustav Magnusson, primo de la novia, que lució un vestido azul pavo real elaborado en gasa con volantes verticales en su parte delantera. Por su parte, Mary de Dinamarca optó por un favorecedor pero indiscreto vestido de encaje en tono coral que acompañó por una capa corta a juego. También optó por una capa similar elaborada en encaje celeste claro la princesa Mette-Marit de Noruega, si bien el vestido no le resultaba demasiado favorecedor. Tampoco fue muy apropiado, por el tono escogido, el modelo blanco que lució Mary Chantalle de Grecia, aunque, eso sí, su porte distinguido hizo que fuera una de las invitadas más elegantes.

Al enlace de Suecia acudió también el hijo menor de Nati Abascal, Luis de Medina.

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