Pasarela

Cayetana Rivera disfruta su primer amor

  • La hija del torero Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo está enamorada

Cayetana Rivera en la boda de Lourdes Montes y Fran Rivera.

Cayetana Rivera en la boda de Lourdes Montes y Fran Rivera.

Cayetana Rivera, hija del torero Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, está enamorada. Tras cumplir la mayoría de edad en octubre, Tana -como es conocida familiarmente- tiene novio. La revista ¡Hola! publica esta semana fotos de la pareja. Después de la mala experiencia por la que pasó en Ghana haciendo un voluntariado (con intento de secuestro incluido), la joven ha querido olvidarse de todo y desconectar en Marbella junto a su madre. Allí también se encuentra su nuevo amor, Curro, un joven sevillano de 21 años al que Eugenia Martínez de Irujo, su 'suegra', ya sigue en Twitter.

La pareja de Cayetana, uno de sus primeros amores, tiene 21 años, dos más que ella, quien cumplirá 19 el próximo 16 de octubre. Curro es un apasionado del deporte y, desde los seis años, cuando cogió su primera raqueta, empezó a demostrar sus dotes con el pádel. De hecho, ha llegado a ser campeón de España en varias ocasiones. En su perfil de Twitter, puede verse la admiración que tiene a Rafa Nadal. No se pierde un partido y sigue cada uno de sus pasos en los Grand Slam. También es un aficionado al fútbol y al baloncesto, además del motociclismo. Su equipo es el Real Madrid, y no se pierde ninguna de las últimas noticias de la escuadra merengue.

Coincidiendo con el santo de su hija y de su madre, la duquesa de Alba, fallecida en noviembre de 2014, la duquesa de Montoro subía a las redes una imagen de madre e hija besándose. Tana disfruta de unos días tranquilos ahora en Marbella, pero este verano no lo ha sido tanto. Tras suspender Selectividad por segunda vez, sus padres decidieron mandarla a un voluntariado solidario en Ghana, que acabó siendo una estafa. Tres africanos, supuestamente funcionarios, irrumpieron armados en la zona donde se encontraba el grupo y les amenazaron con impedirles salir del país. La embajada española en Ghana tuvo que intervenir y consiguió mandar de vuelta a España a Tana y al resto de sus amigas tras el lógico susto

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