"Somos de una generación que tiene vitalidad y que no da por cerrada su vida"

Dani Mezquita, Componente de los Hombres G

Dani, segundo por la izquierda, en una imagen promocional captada en la playa de Zahara.
Dani, segundo por la izquierda, en una imagen promocional captada en la playa de Zahara.
F. A. Gallardo

02 de agosto 2017 - 02:36

Este sábado rompen sus vacaciones para actuar por primera vez en Sotogrande. Hombres G estará a finales de septiembre en Sevilla pero antes habrá una oportunidad cercana para verlos. En una noche veraniega. Será en este Sunset Valley Festiva de Sotogrande que empieza a sonar fuerte. Dani Mezquita es uno de los miembros de la formación encabezada por David Summers, que después de animar la década de los 80 regresaron catorce años atrás.

-Sin complicarnos, ¿cómo está usted?

-Profesionalmente, en una de mis mejores etapas de mi vida. Treinta años después era impensable seguir ahí. Seguimos haciendo lo que nos gusta y con éxito. Un profesional no puede pedir más.

-La vida se le vino encima cuando era un pipiolo.

-Al principio todo fue rapídisimo. No disfrutamos entonces tanto como ahora.

-¿Qué quería ser antes de que le sorprendiera el éxito musical?

-A mí siempre me gustó la música, el arte, pero nunca pensaba que iba a dedicarme a la canción. Yo quería ser piloto de aviación. Al final ha sido al revés, mi profesión es la música y mi afición es la aviación. Con 40 años me saqué el título de piloto.

-¿Cuándo tuvo claro lo del grupo? ¿El primer disco?

-Ni aún así. David y yo estábamos en la facultad de Ciencias de la Información y en un trabajo de fin de curso presentamos en Lengua el disco que grabamos, el primer elepé. Fue nuestro único sobresaliente.

-¿Le pusieron un sobresaliente en Lengua por Sufre mamón?

-Pues sí. Pero la canción entonces no era conocida. Si no hubiera surgido lo de Hombres G tal vez me habría dedicado al cine...

-Por entonces si le hubieran preguntado qué sería de usted con 52 años pensaría en un rockero retirado.

-Cuando volvimos con el grupo con 40 años pensaba que a los 50 nos retiraríamos. Pero no, aquí seguimos. Estoy muy bien. Acabo de tener una hija hace siete meses cuando tengo un hijo de 24 años y otra hija, de 16 años. De nuevo estoy cambiando pañales y cantando nanas.

-Se ha convertido en una versión 2.0 de sí mismo.

-Es verdad. Había cosas que parecían olvidadas que he vuelto a vivir. Somos de una generación que tiene vitalidad y que no da por cerrada su vida a estas alturas.

-Hombres G ya engloba a varias generaciones.

-Eso es fundamental. Es lo que nos anima a seguir. A nuestros conciertos vienen madres, sus hermanas pequeñas, las hijas. Varias generaciones cantan nuestras canciones. Les llegan.

-¿Por qué unas canciones que sonaban tan simplonas en su momento son capaces de seguir vigentes?

-Era nuestra forma de ser. No suenan antiguas. Queríamos ser distintos y no jugábamos a ser frescos, ni a ir a la moda. Queríamos canciones sencillas, fáciles de cantar, de recordar. Venezia, de haber estado inédita hasta ahora, tendría éxito hoy.

-Ustedes decían palabrotas impensables en su momento.

-Veníamos del descaro del punk, que era lo que nos gustaba. Hacíamos canciones irreverentes que incluso ahora serían polémicas.

-La embajada italiana seguro que protestaría por Venezia.

-Pero no lo hacíamos con ánimo de ofender, sino de divertir.

-¿Siguen componiendo en un local de ensayo?

-Sí, componíamos en un local. Investigábamos y aportábamos nuestras inspiraciones. El proceso sigue igual, pero intercambiamos el material por internet. Opinamos así, siempre, entre los cuatro.

-Si hubiera que explicarle a un australiano qué son los Hombres G en una canción la más acertada sería Una mujer de bandera.

-Puede ser una de las canciones que resume la forma de ser y tocar. La grabamos en Manchester, a toda prisa, porque la discográfica quería sacar algo nuevo. Pensaban que lo mejor era sacar un disco todos los años. Debió salir unos meses después.

-Su primera etapa fue casi una 'metralleta'.

-Y desde que hemos vuelto hace ya tiempo que no sacamos algo nuevo. Hay que tomarse las cosas con calma.

-Cuando ustedes pararon les vino bien a todos, incluidos los fans.

-Fueron siete años a destajo, de locura. Durante el paréntesis trabajé en Warner. La popularidad nos siguió y nunca me ha importado. Era jefe de marketing. Con Latin Records los artistas querían venir conmigo porque decían que yo les comprendía. Cuando se presentaron The Corrs en España se sorprendían que yo firmara más autógrafos que ellos.

-Cuando ustedes volvieron, la gente seguía ahí.

-En América tenían aún más ganas. Con canciones como Lo noto, producida por David y yo, intentamos que se reflejaran el tiempo actual de nuestros seguidores de siempre.

-¿Las fans siguen siendo "las niñas"?

-Nos somos ya un grupo de quinceañeras gritando. Tenemos un público muy variado.

-¿Andalucía es la patria adoptiva de Hombres G?

-Siempre nos hemos sentido muy bien aquí. Parte de mi familia es de Cádiz. Estamos ilusionados con cantar en Sotogrande. Merece la pena romper las vacaciones.

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