Sofía

Nació princesa de Grecia y lleva más de un cuarto de siglo siendo Reina de España. Veinticinco años haciéndose respetar y querer. Adicta y responsable en su trabajo, su papel como soberana de este país es para ella una labor incansable. España es su tierra, y siempre la lleva por bandera.

Doña Sofía es hija primogénita del rey Pablo I de Grecia y la reina Federica de Hannover. Coincidió con su futuro esposo, el rey don Juan Carlos, hasta tres veces antes de ser novios y pasaron por el altar el 14 de mayo de 1962. Al igual que la Princesa de Asturias, se encontró con algún que otro inconveniente cuando se comprometió con don Juan Carlos por su religión ortodoxa. Lo suyo fue una historia de amor invencible que se afianzó con tres sí quieros; por lo católico, lo ortodoxo y lo civil. Un amor que dio tres hijos y ocho nietos.

Querida y admirada es conciliadora con su familia, serena y educada es el complemento perfecto a la espontaneidad del Rey; su compañera ideal. De hecho, la reina Victoria Eugenia, abuela del monarca, dijo cuando la conoció que "esta muchacha será una reina perfecta". Y no se equivocó. Al menos cercana. Una mujer que destaca por su inquietud intelectual, labores solidarias y amor por los más desfavorecidos. Le encanta conversar y odia la televisión. Su hogar siempre está lleno de gente -lo que tiene fácil si la visitan todos sus nietos- y, dentro de lo que cabe, quiere una vida sencilla. Se define como una mujer corriente y valora las pequeñas cosas. Su compañero confesó en la celebración de sus bodas de plata que "es muy organizada, ordenada, metódica y una madre ejemplar".

Minuciosa en todo lo que concierne a sus hijos, les deja vivir a su aire y dice que gracias a sus nietos está viviendo una segunda juventud. Y es que los niños le encantan; tanto que estudió puericultura. Revive en el verano, su estación favorita, ama los animales, es fanática de las tecnologías y una buena conductora. Una mujer real que ahora tiene una labor, formar a la futura Reina de España, Letizia.