Suecia se engalana para el príncipe Óscar

Hace menos de un mes que Suecia se echó a la calle para celebrar por todo lo alto el 70 cumpleaños de su rey y ahora se engalana para otra fiesta: el bautizo del príncipe Óscar, el segundo hijo de la princesa heredera.

Aunque es el tercero en la línea de sucesión al trono, el pequeño, que vino al mundo el pasado 2 de marzo, será bautizado con la misma solemnidad que su hermana Estelle, que sí está llamada a ocupar un día el trono de los suecos. Así, el príncipe Óscar recibirá las aguas bautismales (que serán recogidas expresamente de la isla sueca de Öland) en la capilla del Palacio Real de Estocolmo y la ceremonia estará a cargo del arzobispo Antje Jackelen, que será asistido por el capellán del rey, el obispo Johan Dalman, y por el pastor de la Real Academia, capellán regular de la Corte, Michael Bjerkhagen. Al finalizar la misma y antes de proceder a la recepción y almuerzo en el Palacio Real, se lanzarán 21 salvas de cañón en su honor.

Como su hermana, también tendrá cinco padrinos, entre los cuales se encuentran su tía, la princesa Magdalena, la princesa Mette-Marit de Noruega y el príncipe Federico de Dinamarca (los padrinos de la princesa Estele fueron sus respectivas parejas, esto es, el príncipe Haakon de Noruega y la princesa Mary de Dinamarca). También ejercerán de padrinos Oscar Magnuson, primo de la princesa Victoria, y Hans Astrom, primo del príncipe Daniel.

Como viene siendo habitual en la familia de los Bernadotte, el príncipe Oscar se bautizará con un batón familiar que fue creado para su bisabuelo, el rey Gustavo Adolfo, en 1906. Con ese mismo batón han recibido las aguas bautismales su abuelo y las hermanas de éste, así como su madre, la princesa Victoria, sus tíos, los príncipes Carlos Felipe y Magdalena, y los hijos de estos (su hermana Estelle y sus primos Leonor y Nicolás). A buen seguro también su primo Alejandro será bautizado este verano con este mismo batón. El vestido, elaborado en organza, cuenta con una capa de seda satén en la que, desde 1935, se van bordando las iniciales de todos aquellos que son bautizados con esta histórica pieza.

Está previsto que al bautizo acuda la familia real sueca al completo, incluido a los hijos de la princesa Magdalena, aunque no así el primogénito de Carlos Felipe, que vino al mundo a mediados de abril.