De gordito gracioso a levantar pasiones

El chico gordito de la clase, el actor rechoncho que a todo el mundo cae bien y por el que todos sienten compasión. Ese era Chris Pratt hasta hace solo un año. Fue entonces cuando decidió ponerse en forma para rodar Guardianes de la galaxia, convirtiéndose en uno de los hombres más deseados de la gran pantalla tanto por las fans como por los directores de las cintas. Con un duro entrenamiento físico y una dieta estricta que le costó bastante seguir al estar acostumbrado a comer lo que le apeteciera en cualquier momento, adelgazó en pocos meses nada más y nada menos que 27 kilos. Desde entonces su vida profesional ha dado un vuelco, aunque en lo personal continúa siendo igual. Desde 2009 está casado con la también actriz Anna Faris y siguen tan enamorados como el primer día. A ella nunca le importó su físico. De hecho en más de una ocasión ha confesado que le gustaba su marido "con un poquito más de carne". Se enamoró de él así y ahora le cuesta asimilar el cambio tan repentino, aunque le encanta. Son padres de un niño, Jack, que este mes cumple 3 años. Chris se caracteriza por su discreción y siempre que le preguntan por su vida sentimental responde con amabilidad y educación.

Su éxito profesional no hace más que aumentar. Tan valorado está su trabajo que es la apuesta para suceder a Harrison Ford en Indiana Jones. Pero el triunfo no solo lo tiene ahora que tiene un cuerpo diez. Ya cuando estaba gordito tuvo papeles en series y películas que están en la memoria de todos. Entre ellas Her, ¡Menudo fenómeno!,para la que tuvo que engordar 25 kilos más, Eternamente comprometidos o Deep in the Valley. Lo que sí ha cambiado desde su éxito en películas como La Lego película y Jurassic World, cinta que protagoniza y que le ha catapultado a lo más alto, son las exigencias del hombre del momento a la hora de firmar sus contratos. Tiene muy claro a lo que está dispuesto y a lo que no. Rodar solo en Estados Unidos para no tener que alejarse de los suyos, recibir más de 20 vuelos gratis cuando tiene que viajar para tener a su familia con él y tener libres los fines de semana son cláusulas innegociables para él.