Las graves imputaciones contra el hijo de la princesa Mette-Marit sacuden a la casa real noruega
Se cumple un año desde que el nombre de Marius Borg Høiby, hijo mayor de la princesa Mette-Marit de Noruega, pasó de los titulares del corazón a las páginas judiciales. El joven, de 28 años, suma 23 imputaciones por parte de la policía noruega, entre las que se incluyen tres acusaciones de violación, además de delitos por amenazas, violencia y comportamiento sexual ofensivo.
La primera detención de Borg Høiby se produjo en agosto de 2024, tras un altercado en casa de una expareja. Desde entonces, y tras meses de investigación, la policía ha recopilado testimonios de varias presuntas víctimas, así como material digital que habría servido para construir un caso que muchos califican como el mayor escándalo de la Monarquía Noruega en décadas.
La defensa del acusado ha admitido algunos de los delitos menores relacionados con agresiones y amenazas, pero ha negado rotundamente las imputaciones por violación. Durante el proceso, Marius ha sido interrogado en al menos catorce ocasiones y, por ahora, se mantiene en libertad.
Aunque Marius nunca ha formado parte activa de la familia real —no tiene título ni obligaciones institucionales—, su vínculo con la Casa Real es evidente: es hijo de la actual princesa heredera y ha crecido en el entorno de la residencia oficial de Skaugum. Esta conexión ha obligado a la monarquía a adoptar una postura discreta pero contundente. La Casa Real ha evitado pronunciamientos extensos, limitándose a señalar que el caso “sigue su curso legal”.
Por su parte, el príncipe heredero Haakon de Noruega ha expresado su respeto al sistema judicial y ha recordado que, pese a la gravedad de las acusaciones, Marius sigue siendo parte de su familia. La princesa Mette-Marit ha reconocido, a través de su entorno, que la situación ha tenido un fuerte impacto emocional tanto en ella como en el resto de sus hijos, y que han buscado apoyo profesional para afrontar el proceso.
Mientras tanto, el joven ha sido visto en diversas ocasiones en el extranjero, ajeno a la atención mediática, lo que ha generado críticas por parte de algunos sectores de la sociedad, que consideran que el trato hacia él es privilegiado.
El caso también ha tenido consecuencias públicas. La imagen de la monarquía noruega , tradicionalmente bien valorada, ha experimentado una leve caída en las encuestas. Aunque la institución mantiene un respaldo mayoritario, analistas coinciden en que este episodio ha supuesto un antes y un después en la percepción de la familia real.
La Fiscalía noruega deberá decidir ahora si lleva el caso a juicio. Si se formaliza la acusación, Marius Borg se enfrentaría a un proceso penal que podría marcar profundamente su futuro… y el de la Corona noruega.
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