Víctimas del terrorismo

Final feliz en la batalla judicial del hijo del doctor Cariñanos

  • Es reconocido como víctima del terrorismo y es indemnizado por la prescripción de plazos para  reclamar la herencia

  • Los hermanos se han reconciliado y Francisco espera estar juntos en el 20 aniversario del crimen

Composición hecha por Francisco con su propia cara y la de su padre

Composición hecha por Francisco con su propia cara y la de su padre

Francisco Muñoz Estévez, reconocido por los tribunales como hijo del doctor Antonio Muñoz Cariñanos -asesinado por ETA en Sevilla- ha recibido dos buenas noticias: tras ser reconocido por el Estado como víctima del terrorismo, acaba de ser indemnizado por no haber podido reclamar la parte de la herencia de su padre que le correspondería.

Francisco tiene ahora 37 años y fue fruto de una relación del médico militar con Carmen, una paciente de su clínica que posteriormente trabajó en ella. El doctor Muñoz Cariñanos siempre actuó como padrino de Francisco y el joven, que entonces tenía 17 años, se enteró de que era su verdadero padre cuando fue asesinado por ETA en el año 2000 en su consulta de la calle Jesús del Gran Poder.

Al año siguiente inició una larga batalla judicial de 19 años que empezó con un proceso para obtener el apellido Muñoz. Ahí se topó con el escollo de que ninguno de los tres hijos matrimoniales del doctor accedía a hacerse las pruebas de ADN. Pero  pudieron cotejar sus datos genéticos con los restos de Muñoz Cariñanos custodiados en el Instituto de Toxicología desde la investigación sobre su asesinato. En 2002 la Audiencia de Sevilla le reconoció como hijo legítimo del coronel médico.

Entonces su apellido dejó de ser Moreno Estévez y se convirtió en Muñoz Estévez y con él inició su segunda batalla: reclamar la herencia de su padre y ser indemnizado como víctima del terrorismo.

En el año 2010, una sentencia de la Audiencia Nacional contra el ex jefe militar de ETA Juan Antonio Olarra, inductor del atentado, le reconoció una indemnización como uno de los cuatro hijos del médico.

Buenas noticias para él también desde el punto de vista de la herencia de su padre, pues la aseguradora del Colegio de Abogados acaba de indemnizarle al reconocer su abogada que se produjo un error al permitir que prescribieran los plazos para reclamar la herencia.

Francisco declara a este periódico que no desea divulgar las cantidades de ambas indemnizaciones porque su lucha no era material sino humana: “He luchado por conseguir mis derechos igual que lucharía para que me devolviesen a mi padre”.

Afirma que ahora solo guarda rencor a “los terroristas que lo mataron” y cree que la batalla “ha merecido la pena porque me ha enseñado a no rendirme. Me he ganado mi derecho luchando en la calle y en los tribunales”.

Francisco hizo huelgas de hambre y “sentadas” en plena calle ante la Delegación del Gobierno, la Campana, el Altozano y ante el despacho de su abogada bajo el lema “Por tí hasta el final”.

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