Caso Mercasevilla

La joven que recibió una beca de Mercasevilla niega que su padre intercerdiera para que se la concedieran

  • Los trabajadores prejubilados en el ERE de 2007 alegan que recibieron un pago extraordinario como "indemnización", no como un premio extraordinario de jubilación

Vista general de la sala de la Audiencia desde la bancada de los acusados.

Vista general de la sala de la Audiencia desde la bancada de los acusados. / Belén Vargas

Carmen Vela, que recibió una beca de Mercasevilla para cursar unos estudios de diseño en la universidad de Saint Martins de Londres, ha negado este martes en el juicio que su padre, el presidente de la asociación de Mayoristas de Pescado, Antonio Vela, intercediera con los directivos de la empresa pública para que le concedieran dicha beca.

Carmen Vela, a quien la Fiscalía reclama una condena de tres años y seis meses de prisión por un delito de malversación de caudales públicos, ha explicado que es muy “normal” que empresas privadas apoyen másteres como el que ella realizó para que después se creara una vinculación profesional con el becado. 

En su caso, Mercasevilla le ofreció una beca de 24.000 euros –de los que sólo recibió 16.412 porque estalló el escándalo del cohecho en esta empresa pública- y la joven ha indicado que ese dinero no era en realidad tanto para un curso que duraba 20 meses. El dinero que le ofreció Mercasevilla era el mismo del que estaba dotada una beca Talentia, que había solicitado previamente y le había sido rechazada porque iban destinadas a jóvenes con intención de volver luego a Andalucía y con un “enfoque muy industrial”.

La acusada, que trabaja actualmente en Nueva York pero también ha estado en Londres y tres años en Hong Kong, ha defendido que realizó una serie de trabajos previos para Mercasevilla, como una campaña para un evento denominado “la orquesta en mi barrio”, donde intervino en un proyecto “más completo que sólo el dibujo, ya que hicieron el concepto del proyecto”, así como otros para la renovación del logo y la marca de la lonja, por los que no cobró nada. 

La Fiscalía sostiene que “no consta” que realizara ninguna otra actividad en la empresa y que la beca no existía, “pues ninguna beca había sido aprobada por órgano de gobierno alguno de la empresa, ni publicadas su bases, objeto, requisitos y cuantías”. 

Según ha explicado Carmen Vela, la posibilidad de que se le concediera esta beca surgió del contacto que entabló con el entonces subdirector de Mercasevilla Daniel Ponce con motivo de dos viajes realizados en 2007 y 2008 a la feria de Pescado de Vietnam, en los que se le había pedido que acompañara a su padre y a la delegación de Mercasevilla, realizando labores de traducción e intérprete.

En esos viajes, Ponce se interesa por su “formación” y su proyección, y le comenta que le habían denegado la beca Talentia para el máster en Saint Martins, a lo que el directivo le contesta pidiéndole la documentación que había presentado para acceder a la misma y su formación académica, con la intención de proporcionarle “una beca o ayuda para los estudios de postgrado” en el extranjero, no para trabajar en Mercasevilla, aunque reconoce que en ese momento comenzó a “involucrarse laboralmente” con la lonja, con la campaña de la orquesta en los barrios, el logo o la marca y también se le “pedía opinión” sobre otros proyectos que estaba desarrollando una empresa de diseño contratada por el mercado mayorista. “Me enseñaron la página web y se me pidió opinión de si estaba al nivel de los mercados de Barcelona y Madrid”, ha señalado la joven.

Daniel Ponce le confirmó de manera verbal o por email que le habían concedido la beca para este máster y que se iba a intentar equiparar la cuantía a la de la beca Talentia. En octubre de 2008 se incorporó al máster y con posterioridad ya no hizo más colaboraciones con Mercasevilla.

Los trabajadores insisten en que percibieron “una indemnización, no un premio”

En la sesión de este martes también han comenzado a declarar los nueve trabajadores prejubilados en el ERE de 2007 a los que la Fiscalía reclama tres años y medio de cárcel por haber percibido supuestamente un premio extraordinario de jubilación, unas cantidades “ocultadas a los representantes de los trabajadores y a los restantes trabajadores acogidos al ERE” y que fueron “contablemente enmascaradas bajo el concepto de indemnizaciones pre, anticipos o gratificaciones”.

Uno de los trabajadores acusados, Cristóbal C. R. ha asegurado que cuando le proponen acogerse al ERE de 2007 tenía 50 años, se consideraba “joven y no quería irse” de la empresa, pero el entonces director de Mercasevilla Fernando Mellet le dijo que su puesto era “a extinguir”, por lo que llegaron a un acuerdo indemnizatorio por el que percibió 18.000 euros. “Yo negocié con la empresa una indemnización”, no un premio extraordinario de jubilación, ha aseverado el acusado.

Otro trabajador, Antonio P. L., que recibió 23.000 euros, ha coincidido en que el acuerdo fue para el pago de una indemnización. Este ex empleado ha dicho que no quería acogerse a la prejubilación porque le suponía "una pérdida" económica, pero finalmente llegó a un acuerdo económico para recibir esa cantidad y acogerse voluntariamente al ERE. "Yo sabía lo que había cobrado y el por qué, me traía sin cuidado que la empresa eso lo pusiera posteriormente como un premio, no le di mayor interés", ha concluido.

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