Juicio por abuso y corrupción de menores

Uno de los menores: "Ofrecía más dinero cuando me negaba a enviarle fotos íntimas o a los tocamientos"

  • Según los testigos, llegó a ofrecer hasta 400 euros a uno de los menores por una foto de su pene

La Audiencia Provincial, donde se celebra el juicio por abusos y corrupción de menores

La Audiencia Provincial, donde se celebra el juicio por abusos y corrupción de menores

La segunda sesión del juicio contra Rubén B. B, acusado de corrupción y abuso sexual contra 13 menores ha continuado en la Audiencia Provincial de Sevilla con la declaraciones como testigos de las víctimas. Los nueve jóvenes coincidieron al afirmar que el acusado se ganaba su confianza con conversaciones y consumiciones en el bar donde trabajaba y, a partir de ahí mantenía contacto con ellos, a través de Whatsap en unas ocasiones y otras con Instagram. 

El modo de actuar del acusado se repite básicamente en todas las declaraciones: "Una vez que tenía más confianza, me ofreció dinero, unas veces por tocarme los genitales y otras para chupármela". Este testigo añadió que siempre le daba el dinero pactado previamente después de los tocamientos o las masturbaciones. Sobre la edad del testigo en el momento de los hechos, manifestó que estaba seguro de que el acusado sabía que era menor porque "le comentaba que no me ponían cerveza en los bares e incluso hablábamos de cómo me iba en el colegio".

Varios testigos coincidieron en afirmar que el acusado iba subiendo el precio de las fotos íntimas de carácter sexual que les pedía cuando se negaban a enviarla. En algunas ocasiones, hasta 70 euros. De hecho, a preguntas del abogado de la defensa, una de las víctimas declaró que las relaciones "fueron consentidas" y que los precios se pactaban "a través de Instagram". Uno de ellos declaró que le ofreció hasta 400 euros.

"Era un inconsciente"

De las nueve víctimas que comparecieron, uno de ellos reconoció que accedió a las peticiones del acusado porque "era un insconciente de las consecuencias que todo esto tendría porque tenía 13 o 14 años entonces. Era mi amigo, le hablaba, todo fue bien hasta que se pasó de confianza y me engatusó".  Aunque accedió a las peticiones, afirmó "que no estaba a gusto pero no se lo contaba a nadie".  De hecho, narró que una de las veces "puso porno en la tele para que me excitase, me toqueteó y me hizo una paja hasta el final. Por esto me dio 20 euros y un vapeador que me ofreció pero nunca me dio. Sabía que era menor porque conocía mi cumpleaños y la edad que cumplía".

Ayudante del entrenador del equipo de fútbol

Otro de los testigos, que está personado como acusación particular, explicó que conocía al acusado porque había sido ayudante del entrenador del equipo de fútbol. "Empezamos a hablarnos por Whatsap y me dijo que estaba para lo que necesitaba, incluso dinero. Me pareció raro, pero yo p'alante". Después de un tiempo, "se fue de las manos". El testigo, que entonces tenía 15 años, explicó que el acusado le dijo que "como éramos tíos, podía ir a su casa, nos hacíamos unas pajas y me daba dinero y yo accedí". Esto ocurrió en una decena de ocasiones.

"Al principio pagaba 30 o 25 euros cada vez. Un día nos ofreció 40 euros a mi y la misma cantidad a otro amigo por masturbarnos a los dos a la vez. Me llegó a ofrecer 300 euros por chupármela pero no accedí. Sabía mi edad porque en noviembre me felicitó por mi 16 cumpleaños", afirmó el testigo.

A preguntas del abogado de la defensa sobre cómo fijaban el precio, respondió que "ellos siempre pedían más" de lo que el acusado ofrecía. "Todo fue voluntario, si no queríamos, no lo hacíamos", añadió. En este punto coincidió otro de los testigos, que entenoces tenía 14 años: "Nos masturbábamos los dos, cada uno por su lado. Nunca me puso una mano encima. Surgió sin más, no me forzó".

Una foto de internet

No todas las víctimas accedieron a las peticiones del acusado. Uno de ellos explicó que Rubén B. B. le pidió por Instagram que quedaran para masturbarse, llegó a quedar para recoger el dinero "pero siempre le decía que mañana, así dos veces. Otra vez me pidió una foto de mi pene por 20 euros, le mandé una foto de internet, pero se dio cuenta. 

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