Agresión en la cárcel

Condenan a un recluso de Sevilla II que fabricó una "maza" con un calcetín lleno de pilas y atacó a dos funcionarios

  • El reo echó agua jabonosa en el suelo para dificultar la acción de los agentes y después intentó golpearlos, pero sus escudos protectores impidieron que los lesionara

  • La Audiencia de Sevilla ratifica el fallo inicial de un juzgado de lo Penal y confirma la pena de tres meses de prisión para el investigado

  • Un preso de la cárcel de Sevilla-II hiere a dos funcionarios con un pincho

Los hechos ocurrieron en la cárcel de Sevilla II, en Morón, en julio de 2020.

Los hechos ocurrieron en la cárcel de Sevilla II, en Morón, en julio de 2020. / D. S.

La Audiencia de Sevilla ha ratificado la pena de tres meses de cárcel a un interno de la prisión de Morón de la Frontera que atacó a dos funcionarios del centro con un calcetín que él mismo transformo en "una especie de maza" metiendo varias pilas dentro. La Sección Primera ratifica la primera sentencia, dictada el 21 de febrero de este año, por el Juzgado de lo Penal número 12 de Sevilla, y desestima el recurso del recluso contra esa resolución. que lo castigaba por un delito de atentado a la autoridad.

Los hechos ocurrieron el 6 de julio de 2020. El reo empezó a "alborotar" dentro de su celda y también se autolesionó. Los funcionarios se presentaron allí para "calmarlo", pero entonces "inundó la entrada con agua y jabón, se escondió tras una manta y se fabricó una especie de maza con un calcetín en cuyo interior introdujo pilas". Las víctimas tuvieron que ponerse "trajes de protección para evitar los impactos" y aun así recibieron varios golpes con ese "artilugio" que fueron parados por sus "escudos protectores".

En su recurso de apelación, el abogado del condenado alegó que no se había probado que hubiese existido ese atentado a la autoridad. El tribunal, sin embargo, destaca el "relato coherente y fundado" que proporcionaron los funcionarios. En su relato dijeron que el reo los esperaba "con agua jabonosa en la entrada" y que "los abordó esgrimiendo una manta con la que pretendía limitar sus posibilidades de defensa y actuación", mientras que en la otra mano tenía "un cable al que había anudado objetos de peso", en concreto las pilas.

"De la prueba practicada en el plenario, analizada de forma razonable por el órgano de instancia, se infiere y queda acreditado, sin que exista la alternativa de otra interpretación más razonable, que más allá de la negativa por parte del acusado", quien además no acudió al juicio, "existió un acto de acometimiento alevoso e ilegítimo a los funcionarios", concluye la Sección Primera.

Como petición subsidiaria, el recluso intentó que los hechos fuesen calificados como un delito de resistencia y no como atentado a la autoridad, lo que habrá rebajado sensiblemente la pena. La Audiencia, sin embargo, no está de acuerdo. "Desde luego la prueba practicada en el plenario no permite sostener que el recurrente tuviera una actitud pasiva o de obstrucción frente a la actuación de los funcionarios, sino antes al contrario, activa y combativa", recalca la sentencia. Los jueces añaden que el condenado "incluso" estaba "preparado con artilugios a modo de armas" y había "deslizado agua jabonosa en el suelo". "No podemos sino presumir que iba igualmente destinada a desactivar a los funcionarios", agregan.

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