Juicio por asesinato

El origen del crimen de Valencina fue que la víctima "no llevó ni alcohol ni drogas para compartir" con su asesino

Marta M.D. y José Alejandro P.N., ante la presidenta del Tribunal del Jurado que está enjuiciando este caso.

Marta M.D. y José Alejandro P.N., ante la presidenta del Tribunal del Jurado que está enjuiciando este caso. / Juan Carlos Muñoz

José Alejandro P.N., el acusado de matar a la pareja de la mujer que lo había acogido en su casa, en Valencina de la Concepción, ha resuelto cualquier duda que pudiera haber sobre el crimen con una sola palabra que ha repetido hasta diez veces para responder a otras tantas preguntas formuladas por el fiscal: sí. En apenas cinco minutos, el investigado ha confirmado que atacó con una muleta al Pituli, sobrenombre con el que la víctima era conocida en el pueblo, que lo acuchilló "sin cesar", que lo intentó descuartizar sin éxito y que la otra encausada, Marta M.D., limpió la sangre y se deshizo de la muleta porque la amenazó con matarla también si no lo ayudaba. La pelea que originó el trágico desenlace, según ha explicado después la mujer, fue que el acusado había robado dos botellas de whisky de un supermercado y la víctima "no había llevado ni alcohol ni drogas para compartir" con el joven que después terminó matándolo.

Así, en un visto y no visto, ha transcurrido la segunda sesión del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia de Sevilla, retrasada durante unos minutos porque un funcionario se había caído por las escaleras y el letrado judicial del Tribunal del Jurado lo había llevado a un hospital. En cuanto comenzaron los interrogatorios, todo ha sucedido muy rápido. Con el "sí" permanentemente en la boca, el joven José Alejandro P.N. (tenía 22 años en el momento de los hechos, el 27 de julio de 2020) confesó que Marta lo había invitado a vivir en su casa, que conocía a Pituli, que ese día había bebido whisky, que mató al Pituli, que lo agredió con una muleta hasta tirarlo al suelo, que acto seguido lo apuñaló sin parar, que después lo intentó descuartizar, que Marta tiró la muleta a un contenedor y le ayudó a limpiar la sangre y que, en efecto, tiene algún tipo de enfermedad mental.

Hasta ahí llegó el interrogatorio del fiscal. Después, a preguntas de su abogado, José Alejandro indicó que está en un "módulo para enfermos mentales" en la cárcel, que se medica a diario, que sufre "trastorno de personalidad e inteligencia límite" y que tiene reconocido "un 65%" de discapacidad, exactamente el mismo porcentaje que el abogado de Marta M.D. aseguró el día antes que sufre la mujer. De todas formas, a preguntas del jurado, también reconoció que en aquel momento no estaba medicado ni tomaba "nada". Ahora sí, ahora toma "transilium 50 por la noche y olanzapina". El acusado, además, ratificó que amenazó a la mujer con matarla, que confesó el crimen a los policías que se presentaron en la casa y que no tenía ninguna relación sentimental con Marta M.D. Sólo eran "conocidos".

La acusada estaba "muerta de miedo"

La acusada fue la siguiente en declarar. Lo hizo sin el tutor que la Administración puso a su cargo y que la acompaña en cada paso que da por la Audiencia. Marta M.D., algo menos parca en palabras que el encausado, corroboró todo su relato y detalló que "una de las cuchilladas" que recibió su pareja "llegó a sacarle un ojo". En cuanto a su actuación, admitió que tiró "la muleta y dos botellas de whisky" al contenedor de la calle y que limpió la casa de sangre porque José Alejandro la tenía "amenazada". "Yo estaba muerta de miedo", dijo.

"Llamé tres veces a la Guardia Civil de Gines y, viendo que no me hacían caso, llamé a la Policía Local", relató la investigada, que aseguró sufrir "un trastorno mixto de personalidad" por el que toma hasta cinco medicamentos. También aclaró que no tenía ninguna relación con José Alejandro P.N. "Lo acogí en mi casa porque me dijo que vivía en la calle y me dio mucha pena", comentó antes de explicar el porqué de la fatal pelea entre los dos hombres: "Supuestamente José Alejandro había robado dos botellas de whisky del Día y Juan Antonio B.C., conocido como Pituli, mi pareja, no había llevado ni alcohol ni drogas para compartir con él".

La versión de Marta M.D. respecto a las amenazas que recibió del asesino confeso fue confirmada no sólo por este, sino por el vecino de la casa contigua. "Escuché a una chica llorando y pidiendo a alguien que la dejase llamar para pedir ayuda. Y oía a un hombre gritando "cállate o te mato". Y la chica "por favor, por favor", y siempre lloraba. Era una casa complicada", rememoró este testigo.

El asesino dijo a los policías que "oía voces que le decían que matara" a Pituli

Uno de los policías locales que acudió al inmueble, en la calle García Lorca, también respaldó esa impresión. "No es que fuese una casa conflictiva, pero Marta metía a mucha gente de la calle. Incluso después de esto ha seguido haciéndolo. Se recibían llamadas de esa casa casi a diario", informó el agente, que ha sido el último testigo que ha comparecido este martes.

Lo más llamativo de su declaración, en todo caso, es el relato de lo que se encontraron él, otro policía y cuatro guardias civiles cuando llegaron al domicilio. "Vimos un reguero de sangre y también restos de sangre y agua, como si hubiesen estado lavando. Primero salió Marta, nos vio, con cara seria y de los tobillos hacia abajo llena de sangre. Luego salió José Alejandro, muy tenso, diciéndonos que podía con los seis, que lo matásemos. Después se relajó, se vino abajo, se sentó y nos dijo que era un asesino, que lo había matado. Y que necesitaba su medicación, que oía voces que le decían que lo matara", ha narrado.

Preguntado por si el asesino parecía consciente de lo que había hecho, el testigo fue concluyente: "Sabía lo que había hecho". Eso sí, también admitió que "su estado era de haber consumido algo, bajo los efectos del alcohol o las drogas o la medicación estaba". Y en cuanto a la otra procesada... "Es una persona lista y manipuladora, sabe lo que hace, la conocemos bastante bien". De todas formas, también reconoció que fue ella la que había llamado a la Guardia Civil.

Las peticiones de condenas

La Fiscalía pide para José Alejandro P.N. veinte años de cárcel por un delito de asesinato y tres meses por un delito de profanación de cadáver. La acusación particular ejercida por los tres hijos del fallecido, por su parte, solicita veinticinco años por el asesinato y cinco meses por la profanación. Y la defensa, la libre absolución.

Para la otra encausada, la acusación pública reclama doce meses de prisión por un delito de encubrimiento, mientras que los hijos de la víctima solicitan doce años como cómplice de asesinato, si bien el abogado de esta parte ya dejó el lunes "la puerta abierta" a renunciar a esa calificación y responsabilizarla sólo de la profanación. La defensa, por último, pide su absolución.

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