Jurado popular

Piden 20 años para el joven que mató e intentó descuartizar al marido de la mujer con quien convivía

Varios agentes de la Guardia Civil, en la escena del apuñalamiento ocurrido en Valencina.

Varios agentes de la Guardia Civil, en la escena del apuñalamiento ocurrido en Valencina. / M.G.

Un jurado popular enjuiciará a partir del 13 de marzo en la Audiencia Provincial de Sevilla a un hombre acusado de asesinar en julio de 2020 a un varón en una vivienda de Valencina de la Concepción tras apuñalarlo en más de cuarenta ocasiones con un cuchillo de cocina. También será enjuiciada la pareja sentimental de la víctima por un presunto delito de encubrimiento del asesinato, ya que la mujer estaba presente cuando se cometió e incluso intentó ayudar sin éxito a que el acusado descuartizara el cadáver.

En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía solicita para el principal acusado veinte años de prisión por un delito de asesinato y tres meses de cárcel por un delito de profanación de cadáver, en ambos casos con la atenuante analógica de anomalía o alteración psíquica, así como que indemnice con un total de 157.875,51 euros a los tres hijos mayores de edad del fallecido por los daños morales causados. Para la mujer investigada, la petición es de doce meses de cárcel por un delito de encubrimiento del asesinato con la atenuante analógica de anomalía o alteración psíquica y la atenuante de confesión.

El Ministerio Público relata en su escrito de acusación que los hechos ocurrieron el 27 de julio de 2020. El principal encausado se encontraba en una vivienda de Valencina en compañía de su propietaria y también acusada, con la que residía desde hacía unos días, y de la víctima, pareja sentimental de esta última.

Según la Fiscalía, entre las 16.00 y las 18.00 horas del referido día, fruto de una discusión previa entre los dos varones, el acusado, “con el claro propósito de acabar con su vida o siendo consciente del riesgo que creaba para su vida y de las altas probabilidades de producir su óbito”, golpeó a la víctima “violentamente” con una muleta hasta que cayó al suelo. Después cogió un cuchillo de cocina y presuntamente lo apuñaló en más de cuarenta ocasiones en la cara, el cuello y el pecho. Por tanto, afirma el fiscal, le causó "un sufrimiento desmesurado hasta lograr su objetivo, que no era otro que la muerte”, la cual se produjo como consecuencia de un shock hemorrágico consecutivo a heridas por arma blanca.

El fiscal subraya que el acusado dio muerte “de manera sorpresiva” a la víctima, quien se encontraba “en una clara situación de desproporción de fuerzas respecto de su agresor dada su diferencia de edad (22 años frente a 58 años), su estado de salud, su complexión física -el fallecido medía 165 centímetros y pesaba 67 kilogramos- y la ingesta previa de metadona y alcohol”. A todo eso se suma que no le concedió “oportunidad de defensa eficaz, asegurando la muerte sin riesgo alguno y sabedor del grave martirio al que le estaba sometiendo para lograr el propósito final de acabar con su vida”.

“Tras la brutal y despiadada paliza, faltando al respeto que merecía la memoria del fallecido”, el investigado “decidió que tenía que deshacerse del cadáver mediante la fragmentación de su cuerpo, por lo que, durante varias horas, practicó diversos cortes en el cuerpo a fin de desmembrarlo y de facilitar su transporte y ocultación”, asevera la Fiscalía.

Los "escasos conocimientos de anatomía" del asesino evitaron que despedazaran el cuerpo

La mujer, por su parte, “permaneció presente durante todo el ataque, pero nada pudo hacer para impedir la muerte de su pareja sentimental por lo repentino y violento de la agresión”. De todas formas, de común acuerdo” con el acusado y “a fin de impedir el descubrimiento del hecho”, ayudó al investigado “en su intento de deshacerse del cadáver”, de forma que “introdujo en la vivienda uno de los contenedores municipales que se encontraba en la misma calle, al que arrojó una bolsa de basura con restos de sangre y la muleta empleada en la agresión.

Mientras tanto, el acusado “se desplazó hasta un supermercado cercano" y volvió con un carro metálico que utilizaría para transportar el cadáver, si bien no pudo descuartizarlo dados sus escasos conocimientos de anatomía”, según prosigue el fiscal, que añade que la acusada, a su vez, “intentó modificar la escena del crimen limpiando los restos de sangre de la vivienda", Como había una "enorme cantidad", la ya viuda desistió y sobre las 19.40 horas del mismo día de los hechos optó por llamar a la Guardia Civil para informar del suceso.

La Fiscalía considera que el principal encausado presenta un trastorno de personalidad y un trastorno por consumo de sustancias, lo que implica una leve afectación de sus facultades volitivas pero no de las volitivas. La acusada también presenta un trastorno mixto de personalidad que no altera ni afecta a su capacidad de comprensión ni actuar conforme a dicha comprensión, aunque sí altera de manera leve su voluntad.

El mismo 13 de marzo se constituirá el jurado popular y las partes presentarán sus alegaciones previas. Al día siguiente comparecerán los dos acusados y varios testigos, mientras que el 15 continuarán las testificales y el 16 declararán los peritos.

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