crimen de la maleta

El jurado halla culpable por unanimidad al asesino confeso de Rosarito

  • El veredicto reconoce que actuó de forma "consciente e intencionada" cuando mató a su pareja, y que confesó el crimen cuando ya sabía que la Guardia Civil "sospechaba" de él y lo estaba investigando

El acusado en la sala de vistas.

El acusado en la sala de vistas. / Efe/ Raúl Caro

El jurado popular ha declarado por unanimidad este martes culpable de un delito de asesinato a Antonio María Gómez González, por haber matado a su mujer, María del Rosario Luna BarreraRosarito, a la que asfixió el 16 de abril de 2017 en su vivienda de Alcolea del Río y después arrojó su cadáver oculto en una maleta a un arroyo seco.

Los nueve ciudadanos que conforman el jurado han declarado probado igualmente por unanimidad que el acusado actuó de forma "consciente e intencionada" cuando acabó con la vida de su esposa, a la que atacó "por sorpresa, por la espalda y sin que pudiera defenderse".

El jurado también ha declarado probado por unanimidad que cuando estaba ingresado en el hospital, varias semanas después del crimen, confesó el crimen ante la Guardia Civil cuando ya sabía que "sospechaban" de él, puesto que el 4 de mayo, un día antes del intento de suicidio, los agentes habían registrado su domicilio. De esta forma, el acusado tenía "conocimiento" de que la Guardia Civil le estaba "investigando", aunque el jurado ha valorado que el acusado colaboró con los investigadores e indicó dónde había ocultado el cuerpo de la víctima, por lo que su defensa ha solicitado que se le aplique una circunstancia atenuante analógica de "confesión tardía".

Por el contrario, el jurado ha rechazado que se le aplique otra atenuante de arrebato, dado que ha descartado por una mayoría de ocho votos que la tarde del crimen, después de haber dejado a su hija en la casa de unos vecinos, se produjo una discusión en la que la víctima insultó a la hija de ambos y les deseó la muerte.

Como conclusión, el veredicto considera culpable por unanimidad al acusado, por haber dado muerte a su pareja de forma consciente e intencionada, actuando por sorpresa y evitando que María del Rosario pudiera defenderse, por lo que no aconseja que se le suspenda la pena privativa de libertad ni se proponga el indulto total o parcial para el acusado, que ha negado en el juicio que tuviera planeado el crimen.

No tiene ninguna alteración psíquica ni enfermedad mental

El jurado ha valorado como elementos de convicción la prueba pericia de los médicos forenses, que durante el juicio han puesto de manifiesto que Antonio María Gómez no tiene ninguna alteración psíquica, sino que mató a su esposa en un "acto voluntario", y tampoco padece ninguna enfermedad mental, además que han valorado que al intentar ocultar las pruebas del crimen tuvo "consciencia" de lo que había hecho, según el veredicto.

En cuanto a la intencionalidad, el jurado ha señalado que la autopsia ha corroborado que le anudó tres cordones diferentes al cuello y le colocó varias bolsas en la cabeza para provocarle la muerte por asfixia, y en este sentido, ha señalado que, aunque en el juicio el acusado no recordó cómo se produjo el crimen más allá de una discusión entre ambos, en su declaración en la fase de instrucción reconoció que cogió un cordón y se lo puso al cuello y que lo hizo "por detrás", además de que los forenses no han hallado signos de defensa.

El jurado también ha recurrido a su declaración ante el juez instructor para rechazar que se produjera una discusión entre la pareja antes del asesinato.

Tras el veredicto del jurado, la Fiscalía, la acusación popular que ejerce la Junta de Andalucía y las tres acusaciones particulares que representan a los padres y a los hermanos de la fallecida han mantenido la petición de 25 años de cárcel para Antonio María Gómez González, a quien han reclamado además que se le aplique la medida de seguridad que establece el artículo 36.2 del Código Penal, para que no pueda acceder al tercer grado penitenciario hasta que haya cumplido la mita de la pena que se le imponga. También han mantenido las peticiones de indemnización de 50.000 euros para la hija de la pareja y los hermanos, y de 90.000 euros en el caso de los padres de Rosarito.

El abogado Rafael Ramírez García del Junco, que representa a dos de los hermanos de la fallecida, ha manifestado que está "muy satisfecho" con el veredicto, puesto que el jurado ha "declarado probado tanto el delito de asesinato como la premeditación" y ha considerado que en la vista oral se ha "desmontado tanto el arrebato como que la confesión se hizo de manera espontánea".

La defensa del acusado, que ejerce la abogada Almudena Caro, ha pedido por su parte una condena de 17 años de prisión y que se le aplique la atenuante de confesión tardía.

En su declaración al inicio del juicio, la semana pasada, el acusado reconoció que acabó con la vida de su pareja, aunque alegóuna amnesia selectiva al afirmar que no recuerda cómo se produjo el crimen más allá de la discusión inicial.

En cuanto al día de autos, Antonio María Gómez indicó que sobre las seis de la tarde llevó a su hija, de nueve años, a la casa de unos vecinos para que jugara con la hija de estos, y a continuación explicó que quería ir a ver a un abogado para llevarle una supuestas pruebas de que Rosarito "lo estaba envenenando" con una sustancia que, según su versión, les estaba echando en el refresco de naranja, pero no ha sabido explicar por qué iba a ir a casa del abogado siendo Domingo de Resurrección y sin haber acordado antes una cita con el letrado.

Según su relato, volvió a casa porque quería hablar con Rosarito de asuntos económicos, porque había visto que había "muchos gastos" y tenían que afrontar la comunión de la hija, por lo que pidió que "se controlara" y que una vez pasada la comunión gastara lo que quisiera. Fue entonces cuando se inició una discusión que "subió muchísimo de tono" y en la que la víctima le propinó, según el acusado, varios empujones. Y desde ese momento, afirmó, ya no recuerda nada, sólo que ella está en el suelo, muerta. "No soy consciente, estábamos enfrascados en una discusión y no soy consciente de lo que hago", insistió.

Según las acusaciones, el acusado atacó a la víctima por detrás y haciendo uso de un cordón de zapato, la agarró por el cuello, apretándolo con fuerza y a continuación le colocó un segundo cordón de la misma forma. Una vez que se aseguró que la víctima no podría oponer resistencia, al hallarse tumbada en el suelo, le colocó una bolsa de basura en la cabeza, que sujetó y cerró con un tercer cordón.

Sin embargo, el procesado se escudó en que no recuerda estos extremos, aunque sí relató cómo después introdujo el cuerpo en un maleta y estuvo conduciendo "sin rumbo" y "con la cabeza ida" hasta que llegó a una finca agrícola donde se deshizo de la maleta.

En cualquier caso y para rechazar la acusación más grave de asesinato, Antonio María Gómez negó que tuviera planeado el crimen y también rechazó el móvil de los celos porque, según señaló, él mismo estaba"separándose" de su esposa y lo único que pretendía era mantener la guarda y custodia de su hija.

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