Juicio por alzamiento de bienes

Gil Silgado, la caída de los dioses

  • La Fiscalía pide 8 años para el ex presidente del Xerez, que acude a juicio desde la cárcel

  • El tribunal le advierte contra su “manifiesto abuso de Derecho”

Gil Silgado, con la cazadora de su yeguada, ante el tribunal de la Audiencia

Gil Silgado, con la cazadora de su yeguada, ante el tribunal de la Audiencia

El empresario José María Gil Silgado, ex presidente del Xerez C.D., fue juzgado este jueves en la Audiencia de Sevilla por alzamiento de bienes y contrato simulado, delitos por los que el fiscal pidió para él ocho años de cárcel.

El empresario, ex presidente del Xerez C.D. y ex pareja de una Miss España 22 años más joven que él, ha pasado de ser anfitrión de famosos en la Feria de Sevilla y habitual en los palcos de la Real Maestranza a llegar a juicio desde la cárcel, donde cumple una condena de nueve meses por coacciones a su ex pareja. El único recuerdo de su vida pasada era la cazadora de la Yeguada Rebujena la Alta con la que sentó ante el tribunal.

Las cosas no le fueron mejor en el juicio: antes de empezar intentó renunciar a su abogado de oficio, de quien dijo que no le había informado de las acusaciones contra él y “solo hace cinco días me llevó cuatro folios a la cárcel”.

Provocó la indignación de todas las partes: su abogado José Alberto Monsalvete aseguró que Gil Silgado “está totalmente informado” de la causa y el fiscal del caso le advirtió de que este es un juicio con penas elevadas, por lo que en caso de ser suspendido pediría su ingreso en prisión preventiva cuando termine de cumplir los 9 meses por violencia de género, dado el riesgo de fuga.

La defensa del segundo empresario acusado -que se declara una víctima más de Gil Silgado- pidió la celebración del juicio porque este caso perjudica a su vida profesional. El letrado de la empresa denunciante expresó su estupor porque Gil Silgado diga no conocer unos hechos derivados de lo que hizo con sus negocios.

Finalmente, el presidente de la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, Carlos Lledó, recordó a Gil Silgado que ya había renunciado a su abogado en tres ocasiones anteriores, le dijo que su actitud "es manifiestamente un abuso de Derecho” y ordenó continuar el juicio para no perjudicar el derecho de los otros dos acusados a celebrarlo en un tiempo razonable.

Gil Silgado se avino a responder a las preguntas sobre las operaciones juzgadas, referidas a la compra de una finca rústica en Gelves y a una serie de maniobras inmobiliarias posteriores destinadas a “engañar al juzgado” y evitar el cobro de unos créditos, según la Fiscalía.

Atribuye las deudas a la crisis inmobiliaria de 2007

El empresario empezó diciendo que no sabía lo que debía contestar pues se trata de hechos de 2003, hace 18 años. Luego afirmó al fiscal que “no es cierto lo que dice en su escrito de acusación”, más adelante aseguró que en 2003-2007 hizo “varias operaciones y tenía patrimonio y solvencia suficientes”. Pero llegó 2007 y “la crisis inmobiliaria nos quitó todo”, declaró.

Gil Silgado exculpó a su hermana Francisca de la Cinta, también  juzgada, de la que dijo que “es profesora y totalmente ajena a cualquier operación” pese a que figuraba como administradora de sus empresas. Ella explicó que accedió a ceder su nombre porque “lo veía lo más normal del mundo por si a él le ocurría algo, porque estaba siempre de viaje”.

El tercer acusado, el empresario Francisco B.R., que había comprado a Gil Silgado una finca en Cádiz, negó que se tratase de una operación simulada con la única finalidad de evitar un embargo y aseguró que “se considera un perjudicado más”. Se trataba de una finca en la avenida del Puerto de Cádiz donde invirtió 1,8 millones de euros en una rehabilitación que duró dos años pero luego “llegó la crisis y no hubo compradores”, manifestó al tribunal.

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