La plataforma Netflix ha permitido a un ciudadano sevillano que vive en Alemania encontrar un televisor de la marca Telefunken que le robaron en su lugar habitual de residencia y que apareció en Murcia. La curiosa historia ha trascendido gracias al conflicto de competencia generado entre dos juzgados, uno de Sevilla y otro de Murcia, ya que ninguno quería el caso. Al final ha tenido que terciar el Tribunal Supremo, que ha dictaminado que la investigación por un presunto delito de receptación (adquirir un bien previamente robado) se llevará a cabo donde se halló el televisor y no donde se puso la denuncia.

Los hechos comenzaron con la denuncia que el ciudadano víctima del robo puso el 26 de agosto de 2021 en la Comisaría de Policía de Sevilla-Macarena. El hombre manifestó que había sufrido un robo con violencia el 13 de mayo del mismo año en su domicilio habitual en Alemania por parte de otro varón también residente en Alemania. Entre los objetos que había perdido figuraba "un televisor marca Telefunken". La víctima también contó a la policía que el 5 de julio, a través de la aplicación Netflix, había detectado que dicho televisor "había iniciado sesión" de esa plataforma en la localidad de Murcia. Por eso aprovechó su regreso a Sevilla en vacaciones para denunciar el caso.

El 14 de septiembre, el Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla incoó las diligencias previas de investigación, pero tras las primeras actuaciones determinó que los hechos no habían ocurrido en Sevilla, de ahí que se inhibiese a favor del Juzgado Decano de Murcia, que a su vez turnó el caso al Juzgado de Instrucción número 7 de esa ciudad. El titular de este órgano, sin embargo, dictó otro auto el 15 de diciembre de 2021 en el que rehusaba la inhibición al considerar que "no concurría ninguna de las reglas determinantes de la competencia" para asignársele el caso.

El juzgado de Sevilla, en un nuevo auto del 16 de agosto de 2022, acordó plantear la cuestión de competencia al Supremo. En su opinión, la localización en Murcia de uno de los objetos sustraídos constituía "un indicio de que una persona, aún no identificada y no necesariamente vinculada al hecho del robo, posee y ha adquirido el efecto de procedencia ilegítima", un hecho que podría ser constitutivo de un delito de receptación.

En un auto fechado el 22 de febrero, la Sala de lo Penal resuelve la cuestión de competencia planteada por el Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla, que ya en su día se inhibió a favor de su homólogo número 7 de Murcia, quien a su vez rehusó responsabilizarse del caso. El Supremo, en una decisión que no admite réplica, otorga la competencia de la investigación al juez de Murcia. "Ha de partirse de que una persona, cuya identidad aún no ha sido determinada, posee y utiliza en Murcia el televisor sustraído", razona la Sala. La investigación es posible en ese lugar gracias a "la dirección IP desde la que se inició sesión con el referido televisor", dice el Supremo.

"La única conexión de Sevilla con los hechos es la de ser el lugar de la denuncia. Ni siquiera constituye el domicilio del perjudicado. Este reside en Alemania y puso la denuncia en Sevilla aprovechando el periodo vacacional", añade el auto.