La caja negra

Las cargas de la ciudad

  • La ciudad se enfrenta a un curso cargado de retos especiales al mismo tiempo que sobrelleva algunas de sus cargas tradicionales

El pintor Ricardo Suárez porta un cuadro por las calles del centro esta semana

El pintor Ricardo Suárez porta un cuadro por las calles del centro esta semana / M. G. (Sevilla)

Este año no habido tiempo ni para hablar del estrés postvacacional. Nos hemos ahorrado el peñazo de los psicólogos y expertos en coaching dándonos la vara sobre la incorporación progresiva al trabajo y otras estupideces. Algo positivo habría de tener la pandemia, además de librarnos de la barrila del separatismo catalán y la cochinada de los platos al centro. Muchos hoteles siguen cerrados en Sevilla. Basta darse un paseo para seguir palpando esa tristeza de agosto prorrogado. El sistema del bienestar tiene sus trabas cuando los letrados que han estado recibiendo notificaciones en agosto se personan el juzgado en septiembre y resulta que el funcionario que lleva su asunto “se acaba de coger las vacaciones”. ¿Será por eso que los universitarios quieren ser funcionarios? Trabajar en agosto, dicen, es como tener dos meses de vacaciones.

Sevilla arranca a duras penas a un curso que se presume calamitoso. Sencillamente así. Es así por mucho que Espadas diga que “el turismo volverá” como quien espera la lluvia mirando al cielo. Comprendemos al alcalde. ¡Cómo no! Pero hay que reconocer, y él lo sabe mejor que nadie, que no sabemos cuando volverán las chanclas nuestros suelos de granito a pisar. Podemos tener esperanza pero ni pajolera idea.

Combatir la melancolía

Primer deber de la persona. Cuando uno pasea por las calles del centro las ve más limpias, pero el limpio nos es por efecto de Lipasam, sino por poco uso. Son las ventajas del vacío. El centro tiene mucho de habitación cerrada con el cubo de agua dentro. Hay que intentar combatir el otoño cuando los días tornen en ocre y la noche llegue a las 19:00. No tendremos las Glorias ni el Amparo. Ni San Miguel en los Toros. Hay que intentarlo. Con todas las fuerzas. Que no nos devore la tristeza, que es nuestra carga principal. Cuando caes en las redes de la melancolía, no cabe nada más.

Fiestas y Cultura

El doctor Calero, presidente del Ateneo, ya ha puesto el parche. La Cabalgata es difícil. En algunos bares ya está colgado el cartel de “quedan 600 días para el Domingo de Ramos”. Ni se menta la maldición, pero la Semana Santa corre riesgo serio después de que Kichi haya dicho nanai a los Carnavales (Avenida de la Sanidad Pública Incluida). Si la Semana Santa es difícil, la Feria parece una quimera… ¿Se imaginan la entrada y el baño de una caseta con medidas contra el Covid? Sería como quejarse de la arena en los pies cuando se pasea por la playa… Estas dos fiestas, que son dos meses más de vida económica en la ciudad y que mueven el engranaje de las hermandades y de la hostelería, tienen por delante el reto de mantener la llama. Los toros ni están ni se les espera. La vecina Córdoba sí los tendrá el 12 de octubre. ¿Se podía haber luchado más en Sevilla, o se ha tirado por la vía más cómoda con la coartada de lo ocurrido en el Puerto de Santa María este agosto?

Seguridad

¡Menuda carga nos espera! El repunte vendrá en invierno.¡ Las tasas de Policías no se repondrán ni de lejos. El Ministerio del Interior no tiene capacidad. Las calles vacías no contribuirán a la percepción de seguridad. Podremos ver tirones. Quedan dos o tres años muy difíciles.

Turismo

La marca España está seriamente tocada. El turismo necesita confianza más allá de las infraestructuras. Estamos lastrados por la gestión del Covid. Quien haya visto el Algarve este verano lo sabe. Huelva y Cádiz han mantenido el tipo. Pero la Costa del Sol depende más de los extranjeros y a este respecto la confianza no es solo atreverse a venir, sino tener el dinero para hacerlo… Cuanto menos nos dure esta carga, mucho mejor.

Infraestructuras

Sevilla quizá solo podrá ver en un plazo prudente la ampliación del Puente del Centenario El tranvía al Corte Inglés de Nervión o la Fábrica de Artillería corren serio riesgo de quedarse en el aire. Altadis y la Gavidia necesitan de la inversión privada. El Hospital Militar parece una apuesta fuerte de la Junta. A Sevilla, ya se ha dicho, le puede ir mejor con un malagueño en la Junta que con un Sevillano. Paradojas.

Política

Espadas sigue jugando la carta regional y Susana lo sabe. 2021 será el año decisivo… Algunos incluso han abierto cuentas en las redes sociales para competir en la sucesión. El alcalde sabe que poco margen de crecimiento tiene ya en la ciudad y busca una salida “a hombros”. Por otro lado, Beltrán Pérez se toma con constancia religiosa su plan de ser alcalde, por eso recorre distritos, barrios y se reúne con militantes. En agosto no ha dejó de lanzar titulares a diario. Tiene mentalidad de corredor de fondo y ha asimilado que Sevilla premia a los que esperan… Quizás, el contraste entre alguien que quiere ser alcalde y un alcalde que se quiere ir empieza a calar entre ciertos sectores de la ciudad. En Ciudadanos obedecerán lo que dicte la autoridad interna. En Podemos bastante tienen con no acabar a garrotazos y en Vox siguen sin enterarse y pendientes de un cursillo sobre las redes sociales.

Empresas municipales

Tussam necesita con urgencia transferencias, Emvisesa resiste algo esperando nuevas realidades, Lipasam ha remontado un poco con la baja actividad del confinamiento, pero siguen sin poder llegar a todo y con el condicionante de los sindicatos. En Contursa, el año que más turismo hubo (2019) supuso tres millones de euros de pérdida. Sólo Emasesa da beneficios. En la Gerencia de Urbanismo el convenio sigue contemplando ayudas para que los empleados abonen el colegio o la reposición de gafas...

Diócesis

Si por monseñor Asenjo fuera, se iría al día siguiente de presentar su renuncia. No de Sevilla, pero sí del cargo. Quizás debió llegar a Sevilla diez años antes de lo que lo hizo, pero entonces estaba en altas responsabilidades en la Conferencia Episcopal. Le hubiera cogido con otro ánimo. Entre los futuribles, Iceta suena con fuerza (se puede desvestir un santo para vestir otro en Bilbao), o quizás una sorpresa joven… En la ciudad hay buenos recambios, pero la Iglesia tiene la norma de nombrar a alguien de fuera para que nadie haya labrado la confianza y le hable de tú al designado.

Deportes

En el Betis su gestor no comprende que la gestión de las emociones no es la misma que la filosofía empresarial. Como en la política. Por eso los empresarios fracasan en la política la mayoría de las veces. Un mal inicio de campaña puede agrietar el palco… Hay curvas en el Sevilla propiciada por un ataque de ego de quién no ha sabido quedarse en el sitio que ahora mismo debe estar. Veremos qué pasa, que el dinero es poderoso caballero…

El sevillano

Ese habitante de una ciudad del sur de Europa con un punto de altivez por una historia de siglos. Fino a la vez que hospitalario en la calle. Frío para sus odios. Acogedor de afectos ajenos. Orgulloso y ojanero. Ajustado en las chaquetas y en las cuentas del bar. Intérprete de sí mismo. Devoto de su imagen en minúscula y de las Imágenes con mayúscula. Que presume de seguir yendo al centro. Con modales de pueblo grande y demandas de capital de provincia en donde la vanguardia es mirar al pasado. Sentimental la mayor de las veces. Prefiere ser amigo del que manda en vez de mandar… Aficionado a la media voz. Esta es nuestra carga. Y nuestro mayor reto consiste a veces es sobrevivir a nosotros mismos. Y hacerlo ahora en tiempos del Covid.