La Caja Negra

Las mejores pintadas en el centro de Sevilla

Una pintada en una fachada del centro de Sevilla.

Una pintada en una fachada del centro de Sevilla. / M. G. (Sevilla)

Uno siente especial interés por las que denominaremos pintadas inteligentes. Puestos a cometer el acto reprobable de ensuciar una fachada, seamos originales, instemos a una reflexión, fomentemos el pensamiento. Muy antiguo queda eso de largar en las murallas, "donde hablan los canallas". La pintada buena (si es que la hay) debe ponernos a meditar. "¿Queda mucho para el meteorito?", dice una que se lee en una calle del centro. Alguien se ha parado, ha detenido la marcha o el paseo, ha sacado el rotulador y se ha molestado en aludir al fin del mundo... ¿Tiene algo de Filosofía? Mucho mejor preguntarse por la finitud de la existencia global que insultar, requerir el pago de una deuda o tratar de mancillar el honor de una señora. ¡No, por Dios!

Resultan también de interés las pintadas que encierran cierto enigma. "Si te zumba el oido, te espía la Nasa". Se leyó durante años por toda la cartelería de la A-49 para incertidumbre de los automovilistas. De las que declaran el amor (modalidad Romeo) no hace falta decir nada. Entrañables. Y entre las que contienen una protesta rotunda hay una que jamás se nos olvida y que leíamos durante años en una calle de Los Remedios en aquellos años previos a la Expo'92: "Me cago en el Quinto Centenario". Insuperable. ¡Qué barbaridad! La de almax que se debió ahorrar el autor. 

¡Y cómo no! Las pintadas contra políticos son más antiguas que el andar hacia adelante. Memorable una de los años ochenta: "Felipe, Guerra. El cambio es una mierda". Aunque quizás la evolución de los tiempos haya convertido esa proclama en una de esas pintadas que instan a la meditación. ¿De verdad fue una mierda?, dicho sea así por no modificar el calificativo. ¿Queda mucho para el meteorito? El último acabó con los dinosaurios. El próximo tal vez termine con las diputaciones provinciales.