Aunque hay un dicho popular que afirma que "los peces no tienen memoria", lo cierto es que hay algunos que rompen esa creencia. Uno de ellos es el pez sheepshead asiático, cuya memoria es especial. 

La historia que os vamos a mostrar a continuación la conocimos en El tierrero, y es la del pez Yoriko, bautizado así por un buzo conocido como Hiroyuki Arakawa quien siente que este animal es su amigo. Él se sumergía con frecuencia en un santuario sintoísta que se encuentra debajo de la superficie de la bahía Tateyama de Japón.

El buzo profesional conoció a Yoriko, una amigable napoleón asiática en una de esas expediciones. Desde el mismo instante formaron una hermosa amistad y se mantuvieron en contacto durante 25 años.

buzo japonés y pez

‘Si miras de cerca desde el frente, parece que tiene un rostro humano’, explica Arakawa. Uno de los encuentros se grabó y difundió en redes sociales, volviéndose viral. ‘Yo diría que nos entendemos’, dijo Arakawa, de 79 años, a Great Bit Story. “No es que podamos hablar entre nosotros, pero, simplemente sucedió de forma natural. La besé una vez, pero soy la única persona a la que dejará hacerlo ‘.

¡Pareciera que el pez saluda con un beso a su amigo humano!. Según estudios de la Universidad de Oxford mencionan que los peces pueden recordar el 86 por ciento de un rostro humano.

‘Creo que cualquiera puede llamar la atención de un animal alimentándolo, pero tocarlo o interactuar con él es más difícil de lograr’, dice Arakawa. ‘No estoy seguro de si es la naturaleza de los kobudai o no, pero probablemente se deba a que hay un sentido de confianza entre nosotros’.