Historias con alma

Un perro agresivo al que también maltrataban da un abrazo por primera vez

Un perro agresivo al que también maltrataban da un abrazo por primera vez

Un perro agresivo al que también maltrataban da un abrazo por primera vez

¿Cuántas veces habrás oído decir que el comportamiento y actitudes de un perro dependen mucho de la educación que haya recibido? Y aun así, la sociedad tiene prestablecido que algunos perros son peligrosos debido a que pertenecen a una raza determinada.

Esto pasa con los perros "potencialmente peligrosos" (PPP) quienes por desgracia por el simple hecho de pertenecer a una lista (que puede variar en cada país e incluso en cada estado o comunidad autónoma) deben seguir unas normas establecidas por ley. 

Lo que debería estar claro es que un perro puede ser agresivo o no en función de las vivencias o experiencias que haya tenido en su vida, y el caso que contamos hoy en Mascotíssimas es un gran ejemplo de ello. 

La gente llamó a la policía para avisar que un perro estaba siendo maltratado y cuando llegaron al lugar de los hechos vieron a un perro muy agresivo atado que además tenía el hocico herido. Parecía que el perro había pasado toda su vida encadenado y tenía un dueño muy agresivo puesto que cada vez que alguien se acercaba a él, respondía de forma muy violenta. 

La policía no sabía cómo enfrentarse a esa situación y decidieron llamar al dueño de un refugio de animales llamado Takis Shelter. El perro que se encontraba en una jaula tenía tanto miedo de lo que pudieran hacerle las manos humanas que intentaban tocarle, que solo reaccionaba intentando morder. Esto demostraba que el perro solo conocía la violencia y se defendía a sí mismo. 

El ave Phoenix 

Después de muchas horas intentando calmarlo y acariciarlo, lograron que el perro se calmara y recibió amor por primera vez en su vida. El perro estaba confundido y no sabía cómo gestionar ese sentimiento. Después de unas horas hasta le dio su patita. El hombre le decía: "Puedes hacerlo. ¡Vamos! No me muerdas. ¿quieres ser mi amigo? ¿eh? eso es" en ese momento Phoenix volvió a darle la pata. 

A pesar de que a Phoenix le costó algún tiempo asimilar que una mano no significaba dolor, consiguió adaptarse y llevarse bien con todos los animales del refugio: "Ahora me ama, lo abrazo, jugamos juntos...míralo, somos buenos amigos". 

Ahora Phoenix pasea por el refugio abrazándose a todos los perros y humanos que van a visitarlos. Sin lugar a dudas, su transformación mental ha sido increíble.

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