El español Marc Márquez volvió a dar un auténtico recital de pilotaje y de estrategia, esta vez en el Gran Premio de España de MotoGP, puerta del campeonato al Viejo Continente, en donde demostró que no hay que pueda pararle y que forma una pareja casi imbatible con su moto. 

Márquez continúa con el mensaje humilde de que habrá carreras que no podrá ganar y en las que se tendrá que conformar con la segunda o tercera posición pero lo cierto es que en Jerez volvió a culminar un fin de semana perfecto. 

Fue el más rápido en entrenamientos y sabedor de que era importante estar delante hizo la salida de su vida, se peleó nada menos que con todo un Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), que tuvo que rendirse una vez más ante la  evidencia de la superioridad de Huracán Márquez, y se adjudicó su victoria más clara de la temporada. 

Pero el principal mensaje es que cambió su estrategia ya que en otras ocasiones aguantó detrás y espero su momento, a veces antes y en otras algo más tarde, pero al final líder y vencedor. 

En esta ocasión jugó a ser Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa, salir, marcar el ritmo para marcharse y luego administrar su renta y lo hizo alas mil maravillas pues llegó a tener casi cinco segundos de ventaja durante la carrera, en la que marcó cuatro vueltas rápida, pero al final se ‘conformó’ con llegar a algo menos de dos segundos de Rossi. 

Márquez sumó en Jerez cien Grandes Premios y con su cuarta victoria consecutiva de cuatro posibles en la temporada sus números siguen creciendo de manera exponencial con treinta y seis victorias en su carrera deportiva, diez en 125cc, dieciséis en Moto2 y otras diez en MotoGP, pero lo que también está claro es que hay un largo camino por delante para el piloto de Cervera, que parece no tener, por ahora, fin. 

Sus rivales van a tener que trabajar intensamente si quiere desbancar en alguna ocasión a un líder de la competición que, por ahora no ha mostrado ninguna fisura.