Ferrari se estrena en el segmento de los SUV. Ha tardado, pero ha terminado por ceder a tener un coche allí donde las ventas dicen que debe estar. Antes ya habían caído en esa tentación de apuntarse a los SUV marcas de deportivos nada sospechosas de superexclusivas. Así, firmas como Porsche con el Cayenne, Lamborghini, primero con el Levante y luego con el Urus Aston Martin con el DBX… ya tienen en el mercado sus SUV.

Ferrari desembarca en el segmento con el Purosangue, el primer coche con este tipo de carrocería “alta” en los 75 años de historia de la marca -mide 1,59 m- y que, con 4,97 m de largo, destaca también poque será el primer Ferrari producido con cuatro puertas, una para el acceso y salida de cada uno de sus posibles ocupantes. Para cada uno de ellos hay asiento individual.

La solución de la apertura suicida de las puertas traseras da un toque de originalidad a este coche. Aún con ella, se mantiene un pilar central.

Aunque el Purosangue tiene un pilar central, porque la rigidez manda, las puertas traseras se abren en sentido contrario a lo convencional: hacia atrás. En cuanto al maletero, que tiene una tapa para su acceso puede ampliarse abatiendo los respaldos traseros, tiene una capacidad pequeña porque todos sus rivales están cerca de los 500, como pasa con el DBX o superan los 600 litros. Este espacio de carga en el Ferrari es de sólo 473.

Ferrari ha perseguido, pese a su tamaño y dotación, construir un coche relativamente ligero. Y lo ha logrado porque sus 2.180 kilos son muy meritorios.

Esta carrocería está fabricada con acero, aluminio y fibra de carbono, material éste que se emplea en el techo, algo importante cuando se trata de rebajar el centro de gravedad lo más posible. De aluminio son también algunos elementos del chasis. Esta construcción multimaterial permite que el Ferrari sólo pese poco más de 2,1 tonedadas, casi 200 menos que el Lambo o Aston y, media tonelada menos que el Porsche.

Su corazón es un motor V12 de 6,5 litros que entrega 725 CV con el que se mueve la tracción a las cuatro ruedas, un sistema semejante al del GTC4Lusso. Está asociado a una caja de cambios de doble embrague bañado en aceite y ocho marchas, como la del SF90 Stradale o 296 GTB. Esta combinación puede hacer que este SUV acelere de 0 a 100 km/h en 3,3 s y de 0 a 200 km/h en 10,6 s. Alcanza los 310 km/h de velocidad punta. 

Los asientos traseros tienen unas formas y regulaciones semejantes a las de los pasajeros delanteros.

DBX, Urus y Cayenne, sus rivales directos

Lo más parecido en el mercado a él son modelos de ya nombrados de Aston Martin, Lamborghini y Porsche. De los tres, el más largo es el Lamborghini Urus, que es algo más grande que el Purosangue -mide 5,14 m de largo- y recurre a un motor de 4 litros, un V8, de 666 CV con el que acelera de 0 a 100 km/h en 3,3 s, como el Ferrari; mientras que la versión más potente del Cayenne de Porsche a la venta es la Turbo S E-Hybrid, con 680 CV. Disponible con dos tipos de carrocería, ambas de longitud similar al Ferrari, este Cayenne acelera de 0 a 100 km/h en 3,8 s y tiene una velocidad punta de 295 km/h por los 306 del Lamboghini.

El DBX, por su parte, está entre uno y otros con sus 5,04 m de largo. Como el Lambo tiene un 4.0 V8, pero es menos potente que estos dos rivales del Ferrari y, por supuesto, que este mismo: el motor del Aston entrega 550 CV: Por eso también sus prestaciones son las más “modestas” de los cuatro siendo impresionantes para un coche con ese volumen: acelera desde parado hasta los 100 km/h en 4,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 291 km/h.

Urus, Cayenne y DBX tienen, por lo demás, una carrocería aún más alta que la del Purosangue: 162, 167 y 168 cm para italiano, alemán y británico, por ese orden. Puesto frente a ellos Ferrari deja clara su intención de que su coche le parezca al observador menos SUV y más deportivo que cualquier otro parecido, sea de la marca que sea.

El salpicadero es de diseño simétrico: es igual en la zona del conductor que la del acompañante, incluso porque ambas tienen pantallas. Lógicamente, diferencian ambas área la presencia o no de los controles para la conducción.

Y eso mismo parece trasladarse al chasis, donde la dirección es a las cuatro ruedas, como la del 812 Competizione, para ganar agilidad; la suspensión tiene amortiguadores de adaptación continua producidos por Multimatic, de modo que los movimientos de la carrocería queden contenidos y el filtrado sea el adecuado; y el freno es de tipo “by wire”, como el del 296 GTB, lo que garantiza siempre un buen tacto sobre el pedal. Este freno electrónico lo fabrica Bosch. En cuanto a los neumáticos y llantas son de diferente anchura y diámetro según se trate de los delanteros y traseros: 255/35 R22 y 315/30 R23.

La configuración mecánica del Purosangue es similar a la de un coche de tracción trasera con la caja de cambios en el eje posterior. Así también consigue un reparto de pesos del 48 por ciento delante y 51 por ciento detrás.

A mediados del año que viene este Purosangue empezará a comercializarse y lo hará, al igual que ocurre con otros de sus aspectos, a un precio excepcional: 390.000 euros. También en esto el Ferrari será muy disinto a otros SUV de otras marcas.