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Charlottesville reaviva la violencia racial en los Estados Unidos de Trump

  • Un asesor de la Casa Blanca y líderes demócratas instan a considerar el atropello masivo como un acto terrorista

  • Otras dos personas mueren al estrellarse un helicóptero de la Policía

Miembros de los equipos de urgencias atienden a las víctimas del atropello en Charlottesville cuando protestaban en contra de una marcha racista.

Miembros de los equipos de urgencias atienden a las víctimas del atropello en Charlottesville cuando protestaban en contra de una marcha racista. / efe

Las autoridades de Virginia llamaron a la "unidad" y pidieron a los extremistas que saliesen del Estado, un día después de la violenta jornada en Charlottesville que dejó tres muertos y forzó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a señalar directamente a los supremacistas. "El presidente dijo ayer -por el sábado- con mucha contundencia que condena todas las muestras de violencia, fanatismo y odio", indicó ayer la Casa Blanca en un comunicado. "Y por supuesto, eso incluye supremacistas blancos, el Ku Klux Klan (KKK), neonazis y todos los grupos extremistas", agregó la nota difundida un día después de las declaraciones del gobernante.

La Casa Blanca trataba así de encarar las acusaciones de tibieza del presidente respecto a los extremistas de derecha, ya que en su intervención criticó de manera vaga la violencia de "múltiples partes". Aunque calificó de "terrible" lo sucedido este sábado, Trump no citó expresamente a los supremacistas blancos que habían convocado la marcha, entre los que se encontraba David Duke, ex líder del KKK, y algunos de los cuales portaban esvásticas nazis.

La tibia reacción del presidente Trump ha desatado la indignación incluso entre sus filasEl coche que irrumpió entre los manifestantes causó un muerto y más de veinte heridos

La tibieza de Trump contrasta con la fuerza con la que respondió en los últimos días a la crisis norcoreana y ha desatado la indignación incluso en su propio partido. Lo primero que quedó claro el sábado es lo espantosamente lenta que fue su reacción. Primero dejó actuar a la primera dama, Melania, que tuiteó: "Nuestro país alienta la libre expresión de una opinión, pero no nos permitimos comunicarnos sin odio en nuestros corazones. De la violencia no sale nada bueno". Le siguió Paul Ryan, el máximo líder de los republicanos en el Congreso, que fue más claro a la hora de condenar la violencia en Charlottesville como "repugnante" e hizo un llamamiento a la unidad.

Sin embargo, el alcalde de Charlottesville, el demócrata Mike Signer, aseguró ayer que el atropello de un grupo de opositores a la marcha, donde falleció una mujer de 32 años y más de veinte resultaron heridos, fue "un acto de terrorismo" y apuntó directamente a la agresiva retórica de Trump. "Miren la campaña electoral del presidente", dijo Signer en varias entrevistas en cadenas nacionales.

El general McMaster, asesor de Seguridad Nacional de Trump, también se refirió al atropello como "terrorismo". "En cualquier momento que cometas un ataque contra el pueblo para incitar miedo eso es terrorismo. Coincide con la definición de terrorismo", dijo McMaster en la emisora ABC.

En una intervención en la iglesia Baptista de Charlottesville, el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, identificó a la víctima mortal del atropello como Heather Heyer, de 32 años y residente en la ciudad. Las escalofriantes imágenes de vídeo captadas por testigos muestran cómo un coche deportivo embiste a gran velocidad a un grupo de opositores a la concentración supremacista y luego trata de huir marcha atrás.

Gracias a las fotografías, la Policía local dio con el responsable del mortal atropello, James Fields Jr, blanco, natural de Ohio y de 20 años, quien se encuentra detenido en la prisión local a la espera de juicio por asesinato. Al Thomas, jefe de policía de Charlottesville, aseguró que el atropello fue "premeditado" y posteriormente se han difundido imágenes de Fields en varias reuniones de grupos supremacistas. "Váyanse a casa y que la vergüenza caiga sobre ustedes", dijo ayer McAuliffe ante los congregados en la iglesia.

Además, dos funcionarios de la Policía estatal de Virginia murieron al estrellarse el helicóptero en el que viajaban mientras vigilaban las protestas en la ciudad. El casco histórico de la ciudad mostraba ayer un sombrío silencio y en el lugar del atropello los paseantes dejaban flores en muestra de respeto a las víctimas. Por su parte, en el Emancipation Park se mantenía la estatua del general confederado Robert Lee, rodeada por fuertes medidas de seguridad, ya que fue el lugar donde comenzaron los enfrentamientos.

La decisión de las autoridades locales de retirar la estatua de Lee, considerado un símbolo de la defensa de la esclavitud y el racismo, motivó la protesta organizada por los grupos supremacistas blancos que lo consideraban una afrenta al legado sureño. Duke, quien fuera líder del KKK, ofreció un inquietante recordatorio al presidente estadounidense en Twitter. "Le recomendaría que se echase un buen vistazo en el espejo y recordase que fueron los blancos estadounidenses quienes le llevaron a la Presidencia, no los izquierdistas radicales", subrayó Duke en réplica a la condena de Trump.

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