El veto de Rusia y China evitó ayer que el Consejo de Seguridad adoptara sanciones contra el régimen del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, para forzarle a negociar con sus opositores una salida a la grave crisis política que atraviesa el país africano.

La resolución redactada por Estados Unidos logró 9 votos a favor, una abstención y cinco en contra, entre ellos los de Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y con poder de veto.

El resultado causó el rechazo de los promotores de la medida, que la consideraron una oportunidad perdida para respaldar la democracia.

El embajador británico, John Sawers, se declaró "sorprendido" por el voto negativo ruso después de que el presidente, Dimitri Medvedev, firmara en la reciente cumbre del G8 una declaración amenazando con "nuevos pasos" contra el Gobierno de Harare.

"El pueblo zimbabuense tiene derecho a esperar que se termine la pesadilla que sufre, y hoy el Consejo de Seguridad se lo ha impedido", agregó.

El embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, advirtió de que la resolución "era un intento de inmiscuirse en los asuntos internos de un Estado" que no representa una amenaza a la paz mundial.

"Hace tiempo que vemos una tendencia por parte de algunos de arrastrar el Consejo de Seguridad más allá de sus funciones, lo que es excesivo y peligroso", consideró.

"China siempre ha mantenido que el mejor enfoque es el diálogo, por lo que las sanciones no nos parecen que lleven a la solución de los problemas", dijo el embajador de China, Wang Gaungya.

El texto rechazado imponía un embargo de armas a Zimbabue, además de imponer una prohibición de viajar a Mugabe y a trece de sus colaboradores por la campaña de violencia contra la oposición.

La resolución exigía al Gobierno de Zimbabue que cesara toda acción violenta contra la oposición .

El embajador zimbabuense ante la ONU, Boniface Chidyausiku, dijo que se trata de una medida "imperialista" que trata de manipular los resultados de las elecciones.