Pese a que israelíes y palestinos dicen que no buscan una escalada de la violencia, la tensión volvió a crecer ayer, azuzada por el lanzamiento de cohetes desde Gaza y la decisión del Ejército israelí de reforzar, con tanques y tropas terrestres, la frontera sur.

Según cifras castrenses, alrededor de 80 proyectiles de este tipo salieron desde la Franja desde que el 12 de junio desaparecieran en Cisjordania tres estudiantes israelíes cuyos cadáveres fueron hallados el lunes cerca de Hebrón. Ninguno de los cohetes causó víctimas, aunque sí diversos daños materiales.

La aviación israelí respondió con ataques de precisión sobre objetivos islamistas en Gaza, en los que murieron tres milicianos y un niño de 7 años y otras 25 personas resultaron heridas.

Según el Ejército israelí, los objetivos fueron instalaciones militares del grupo radical Yihad Islámica y del movimiento islamista Hamas, al que Israel acusa del asesinato de los estudiantes y responsabiliza de los cohetes.

Ayer, sin embargo, el brazo armado del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) asumió la responsabilidad del disparo de doce proyectiles, mientras que el ala militar Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP) se atribuyó el lanzamiento de dos de mayor alcance.

Además, un grupo yihadista hasta la fecha desconocido, afiliado al Estado Islámico en Iraq y el Levante, asumió la autoría del secuestro de los tres jóvenes judíos, según un comunicado difundido por la prensa israelí.

En Jerusalén Este no cesaba ayer la tensión y fue escenario de enfrentamientos entre jóvenes y unidades de la Policía desde que el miércoles se hallara el cadáver calcinado de un menor palestino de Shuafat. La Policía investiga si fue víctima de una venganza de ultranacionalistas judíos.

El miércoles, tras el entierro de los jóvenes israelíes, una ola de violencia racista se extendió al grito de "venganza" y "muerte a los árabes".

Los enfrentamientos en Shuafat, en los que resultaron heridas más de 250 personas, se reprodujeron ayer en las proximidades de la casa del adolescente, en una tensa espera para su funeral. Según fuentes médicas, el cadáver iba a ser entregado a la familia la pasada madrugada tras una polémica autopsia y las exequias serán hoy, primer viernes de Ramadán.

En medio de la creciente tensión, tanto el Ejército israelí como el brazo político de Hamas coincidieron en afirmar que no desean un nuevo conflicto que rompa la tregua firmada en 2012.

Peter Lerner, portavoz castrense israelí, insistió en que la estrategia pasa por "desinflar la tensión", por lo que los soldados tienen orden de reducir los puntos de fricción. Aun así, Lerner confirmó que su país reforzó las posiciones en torno a Gaza como medida preventiva "en caso de que Hamas opte por la confrontación".

Según diversas fuentes, las Fuerzas Armadas israelíes aumentaron el número de unidades terrestres y de tanques.

Desde que los cadáveres fueron hallados, la aviación israelí realizó 50 operaciones contra Gaza en represalia por el lanzamiento de cohetes, pero la respuesta a Hamas es aún objeto de controversia. El gabinete de Seguridad, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, está dividido entre quienes abogan por la mesura y quienes exigen una respuesta más amplia y contundente.