La Rada Suprema (Parlamento) destituyó ayer a la primera ministra Yulia Timoshenko, quien anunció una oposición implacable al nuevo presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, cuya legitimidad no reconoce.

Timoshenko se presentó en el hemiciclo a primera hora para advertir a los legisladores de que, en caso de que prosperase la moción de censura promovida por el Partido de las Regiones, de Yanukovich, no le haría nada fácil la vida al nuevo jefe del Estado. "Si Yanukovich cree que dentro de una semana podrá tranquilamente jugar al golf y al tenis y que su entorno se hará poco a poco con los activos estratégicos del Estado, puedo decir que su golf y su tenis hoy se han terminado", dijo, asegurando que Yanukovich "cada día tendrá que rendir cuentas ante el país y la oposición".

La primera ministra se negó a responder preguntas de los diputados y los instó a proceder con la votación. Pero sus palabras no tuvieron un efecto disuasorio: la moción de censura fue aprobada con los votos de 243 diputados, 17 más de los necesarios.

Según la Constitución, el primer ministro destituido continúa en funciones hasta la formación del nuevo Gobierno, pero Timoshenko declaró que abandonará el cargo de inmediato.

El diputado del Bloque de Yulia Timoshenko (BYT) Sergei Pashinski reveló que ésta dijo en una reunión del grupo parlamentario celebrada inmediatamente después que no ejercerá el cargo en funciones. Según la Constitución, tras la disolución de la coalición de Gobierno, el Parlamento tiene 30 días para configurar una nueva mayoría, ya que de lo contrario el jefe del Estado puede disolver el Legislativo y convocar elecciones.