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No solo hay conflicto en Ucrania: otras guerras activas en el mundo actualmente

La guerra en Ucrania parece que no ha hecho más que empezar.

La guerra en Ucrania parece que no ha hecho más que empezar. / EFE

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania no ha nacido de la nada. Las tensiones entre ambos países se remontan años atrás. El conflicto más reciente entre ellos se dio en 2014, cuando Crimea se proclamó parte del territorio ruso, a partir de un referéndum de autodeterminación. Esto desencadenó varios puntos calientes en la región del Donbás, territorio ucraniano en la frontera con Rusia. Estos puntos han estado activos hasta ahora, llegando a la guerra que existe actualmente. 

Los ucranianos que han decidido abandonar el país son innumerables, se ha impuesto el toque de queda, y el metro sirve de refugio para las miles de personas que no han podido huir de la guerra. Por desgracia, aunque esta guerra sea la que más consecuencias negativas está suponiendo a los países europeos, este conflicto no es el único activo actualmente en el mundo. Existen al menos otros 10 conflictos en 2022. 

Afganistán

En agosto de 2021 pudo ponerse fin a este conflicto, cuando los talibanes ganaron la guerra civil que había en este país. La violencia ha disminuido considerablemente, pero son otros males los que amenazan a la población desde entonces. La hambruna, debida sobre todo a las políticas de Occidente, puede causar la muerte de más afganos —entre ellos, millones de niños— que las luchas de las últimas décadas.

Irán contra Estados Unidos e Israel

Después de que Donald Trump abandonara el acuerdo nuclear con Irán durante su legislatura, su sucesor aseguró que, durante la suya, el país volvería a unirse. Y, aunque el equipo de Biden tardó en dar el paso, ambos países lograron durante unos meses algunos avances. 

La victoria de Ebrahim Raisi en las presidenciales de Irán y su apuesta por el duro control de los centros estratégicos de poder de la República Islámica hicieron que estas negociaciones se pausaran durante cinco meses. Y, una vez se retomaron, lo hizo de manera más dura. Los países tienen dos opciones: llegar a un pacto más integral o dar con un acuerdo provisional. En caso de no llegar a un acuerdo, todos los peligros que propiciaron la firma del acuerdo en 2015 volverían a estar latentes.

Etiopía

La llegada del actual primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, al poder dio alas para pensar que el contexto de represión que vivía el país llegaría a su fin. Y así fue hasta que en 2020 Ahmed ordenó una ofensiva militar en la región de Tigray que devolvió al Estado etíope al contexto de violencia y desestabilidad de antaño. 

La ofensiva vino motivada por un ataque perpetrado por los fieles al antiguo partido gobernante: el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) que ha terminado por desencadenar una guerra civil. A ello se suman las disputas de Etiopía con Sudán por las tierras fronterizas de al-Fashqa y la Gran Presa del Renacimiento Etíope en el Nilo, caracterizadas por ser un suelo fértil.

Estados Unidos y China

Desde que el ejercito de EEUU abandonó territorio afgano, sus políticas se han enfocado en disuadir a las fuerzas Chinas. El objetivo que se persigue desde Washington es el de mantener al país norteamericano como potencia predominante en la zona indo-pacífica. El pasado mes de noviembre, los presidentes de ambos países, Biden por parte de Estados Unidos y Xi Jinping desde China, se reunieron de manera telemática. Fruto de ese encuentro, las relaciones entre ambos Estados son menos frías que anteriormente; sin embargo, la rivalidad entre ambos persiste e influye en distintos asuntos internacionales.

Yemen

Los rebeldes hutíes que derrocaron en 2015 al gobierno de Yemen continúan avanzando. Por el momento, ya se han acercado a Shabwa, lo que les ha permitido asediar la cercana ciudad de Marib, cuya gobernación han rodeado. Se trata de otra ciudad de Yemen rica en gas y petróleo, próxima a Al-Bayda, cuyo control les pertenece. 

Son lugares estratégicos, por lo que tomar dichas ciudades haría que la guerra estuviera a su favor, pues supondría una victoria no sólo militar, sino que también a nivel económico. Mientras tanto, los apoyos del presidente yemení reconocido internacionalmente, Abed Rabbo Mansour Hadi, van cayendo.

Sin embargo, una victoria militar y económica no traería consigo el final de la guerra. Por el momento, las facciones anti-hutíes continúan su lucha en los pequeños bastiones que todavía quedan repartidos por el país, como los separatistas del sur de Yemen, que cuentan con el respaldo de Emiratos Árabes Unidos. 

Haití

La región caribeña ha sido históricamente castigada por las crisis económicas y políticas, así como por las rencillas entre pandillas y los desastres naturales, como el acontecido el pasado mes de agosto que arrasó gran parte del sur del país. A todo ello se ha unido este 2021 el asesinato del presidente Jovenel Moïse durante el mes de julio en su domicilio a manos de sicarios. La clase política haitiana escogió al que habría sido el primer ministro de Moïse, Ariel Henry, como su sucesor en funciones. Este permanecerá en el cargo hasta las elecciones de 2022, como han acordado varios partidos del Parlamento. Una decisión que no comparten las pandillas haitianas, que tienen influencia política y que han exigido su renuncia.

Myanmar

En febrero de este año se produjo una sublevación militar en el país de Myanmar que derrocó al gobierno democrático de Aung San Suu Kyi y lo sustituyó por una Junta Militar, que ha tomado medidas como la cancelación del acceso a Internet, entre otras. 

Los grupos armados del país han optado por distintas estrategias. Algunos se han adaptado, mientras que otros han preferido mantenerse al margen y un tercer grupo ha escogido enfrentarse al ejército, conocido como Tatmadaw.

Israel y Palestina

Un conflicto que no parece llegar a su fin, dado que cada cierto tiempo surgen nuevos brotes que lo impiden. El último ha sido la cuarta guerra entre Israel y Gaza, provocada por la amenaza de desalojo de los vecinos palestinos del barrio de Sheikh Jarrah. 

Este episodio, que se dio durante las jornadas de Ramadán, propició un nuevo acontecimiento entre la habitual violencia motivada por ambos bandos: por primera vez en décadas, los palestinos trascendieron su fragmentación para unirse no sólo en Israel, también en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza. Además, Occidente vio con ojos críticos el bombardeo acontecido por el país israelí.

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