La metamorfosis de Fini
Italia De delfín del primer ministro a enardecido rival de Berlusconi
El actual presidente de la Cámara de Diputados italiana intenta liquidar su controvertido pasado neofascista y se presenta como un político conservador fiable
Gianfranco Fini, actual presidente de la Cámara de Diputados de Italia, neofascista arrepentido que intenta liquidar su controvertido pasado y presentarse como político conservador fiable, pasó de dócil delfín del multimillonario Silvio Berlusconi a su enardecido rival.
Fini, de 58 años, que ha conducido la transformación de la derecha italiana de un partido neofascista y nostálgico de Benito Mussolini a una formación conservadora europea con excelentes relaciones con Israel, es actualmente el hombre clave de la política italiana.
El eterno delfín del primer ministro Berlusconi, ensombrecido por años por el carisma y la popularidad del magnate de las comunicaciones, como subrayó el diario La Repubblica, aprovechó su prestigioso cargo en el Parlamento para transformarse en el mayor adversario del magnate.
Tras haber sido expulsado por Berlusconi, el pasado julio, de la formación que contribuyó a fundar, el Partido de las Libertades (PdL), Fini creó Futuro y Libertad para Italia (FLI), apoyado por 35 diputados y una decena de senadores.
La renuncia el lunes de los ministros y viceministros cercanos a Fini del ejecutivo de Berlusconi abrió formalmente la crisis política italiana y constituye para muchos observadores el inicio del final de la era berlusconiana.
En los últimos años Fini ha cambiado de posición sobre argumentos como la inmigración, invitando a las instituciones a otorgar la ciudadanía a aquellos que nacen en la península, se ha opuesto a la reforma judicial que garantiza la inmunidad al jefe de Gobierno y defiende la ética y la integridad de los políticos.
Elegante, vestido de forma impecable, Fini fue durante una decena de años un aliado fiel a Berlusconi pese a los fuertes roces debido a los ataques personales en los diarios del magnate de las comunicaciones, publicando supuestas irregularidades cometidas por el hermano de su compañera sentimental.
Militante desde los 17 años del neofascista MSI, fue el hombre que logró transformar su partido en 1994 en una nueva fuerza de la derecha moderada, Alianza Nacional, con cinco ministros en el segundo gobierno de Berlusconi (2001-2006).
Fini, considerado uno de los políticos más hábiles de la península, se presenta ahora como el líder de una "derecha moderna", "democrática, nacional y social", que se reconcilió con los judíos, acepta a Israel y dejó de elogiar a Mussolini "como el estadista más importante del siglo XX", como solía definirlo en los años 80.
Recibido por primera vez por las autoridades de Israel en diciembre de 2003, condenó en esa ocasión el fascismo como "una página penosa" de la historia.
Jefe de la diplomacia italiana de 2004 a 2006 y viceprimer ministro de 2001 a 2006 con Berlusconi, Fini se divorció de su primera esposa, con la que fue padre de una hija, y convive con una joven abogada y presentadora de televisión con la que tiene dos hijas.
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