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Otro joven negro muere tiroteado por la Policía en California

  • Los agentes afirman que el hombre portaba un arma de fuego, una versión que no concuerda con la de los vecinos de la víctima

La tensión racial sigue en aumento en Estados Unidos y se cobró en la noche del martes al miércoles una nueva víctima.Un hombre negro murió después de recibir varios disparos de agentes de la Policía en El Cajón (San Diego, California). Un individuo desarmado y con problemas mentales perdió la vida como resultado de las heridas causadas por los disparos efectuados por los agentes, según los testigos, a quienes la Policía incautó los teléfonos móviles.

Cuando aún persisten las manifestaciones raciales en otras localidades del país por las recientes muertes de jóvenes negros en Tulsa y en Charlotte, este último suceso en California vuelve a encender la llama de las protestas y los disturbios.

Tal y como recogen medios estadounidenses, los policías dispararon contra la víctima por actuar "de manera irregular" en un suburbio de la ciudad. Las autoridades recibieron una llamada desde un restaurante local alertando de la presencia de un hombre "fuera de sí" que caminaba entre el tráfico. El hombre fue ingresado de urgencia en un hospital cercano, donde murió horas más tarde. La víctima, un afroamericano de unos 30 años, no atendió a las instrucciones que recibió por parte de los agentes, según explicó Rob Ransweiler, responsable policial en El Cajon, y en lugar de poner las manos en alto las mantuvo en sus bolsillos.

La Policía de El Cajón difundió a través de Twitter una fotografía del momento en el que el hombre apuntó con sus manos a uno de los agentes, una imagen en la que no se distingue el objeto que sostiene. De acuerdo con la versión de los oficiales, cuando uno de los agentes iba a emplear una Taser (pistola eléctrica) para reducirlo, el hombre "sacó rápidamente un objeto" y colocó sus manos y su cuerpo de tal forma que "dio la impresión de que empuñaba un arma de fuego", lo que provocó la respuesta en forma de disparos. Según Los Ángeles Times, los investigadores no encontraron arma alguna en el lugar del suceso.

Poco después de que se produjera el tiroteo, un grupo de conocidos y vecinos de la víctima se congregaron a las puertas de la comisaría de la ciudad para protestar por lo sucedido. Los manifestantes, la mayoría blancos, se mostraron indignados pero pacíficos. Algunos gritaron a los agentes que vigilaban: "Las vidas de los negros importan".

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