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La propietaria de la mina turca declina toda responsabilidad en la muerte de 300 personas

  • La Policía antidisturbios dispersa con gases lacrimógenos y cañones de agua una protesta en Soma contra las políticas del Gobierno

La empresa propietaria de la mina de lignito de Soma, en Turquía occidental, en la que el martes murieron unos 300 obreros, declinó ayer toda responsabilidad en el accidente y aseguró no haber cometido errores, mientras continúa el descontento social contra las autoridades sobre la gestión del siniestro.

Los ejecutivos de Soma Holding, la compañía que se hizo con la gestión de la mina después de que esta fuera privatizada en 2005, admitieron desconocer las causas del incendio que se declaró el martes al mediodía, pero rechazaron que fuera imputable a la falta de medidas de seguridad.

"Hay abundantes máscaras de oxígeno y se les hacen frecuentes controles", aseveró Akin Çelik, un alto cargo de la empresa, en una rueda de prensa.

Pero varios mineros, de los últimos que salieron con vida del pozo, declararon ayer en una entrevista con la cadena NTV que se quitaban las máscaras "porque estaban rotas". "No duran más de diez minutos", aseguraron.

El descontento se evidenció también en una manifestación de cientos de personas que recorrieron ayer el centro de Soma para protestar contra las políticas económicas del Gobierno, a sus ojos responsables de la falta de medidas de seguridad en las minas.

La Policía antidisturbios intervino con un cañón de agua a presión y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

El director general de Soma Holding, Ramazan Dogru, descartó que el fuego se debiera a la explosión de un generador eléctrico, primera versión oficial, y apuntó que el lignito se pudo incendiar por sobrecalentamiento.

Pese al desastre, la mina seguirá explotándose, salvo decisión de las autoridades en contra, avanzó en la citada rueda de prensa el propietario de Soma Holding, Alp Gürkan. Negó que la empresa emplease a obreros de subcontratas y afirmó que la mina pasó todas las inspecciones.

Çelik reiteró que la compañía "no ha cometido errores de negligencia", pese a admitir que la cámara de supervivencia, apta para 500 personas, no pudo ser utilizada por estar en fase de ser desmontada para ser trasladada. Según los datos de la cadena CNNTürk, la ley turca no obliga a que las minas dispongan de una cámara de supervivencia.

La cifra de muertos en el desastre de Soma aún no se ha establecido con certeza, pero según avanzó ayer el ministro turco de Energía, Taner Yildiz, se situará entre los 299 y 302. "Ya se han recuperado 284 cadáveres y falta un máximo de 18 por rescatar" señaló en una rueda de prensa.

De los 787 mineros que trabajaban en el pozo en el momento del desastre, "485 se han salvado, 284 han muerto -todos menos uno ya entregado a sus familiares- y 18 siguen en el interior", explicó.

Prometió que todas las minas en la región de Soma se someterán a una inspección para prevenir accidentes futuros.

Pero el malestar en Turquía sigue siendo alto, al difundirse varios vídeos en los que se observa cómo el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, durante su visita a Soma el miércoles, se encara con familiares de los mineros al oír gritos que piden su dimisión y, supuestamente, llega a golpear a algunas personas.

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