Álex O'Dogherty y su inventiva se reencuentran con el público sevillano

Después de una temporada en la que ha triunfado con el espectáculo The Hole, que le ha permitido interpretar "un papel maravilloso, diferente a lo que había hecho hasta ahora", Álex O'Dogherty se reencuentra con el público valiéndose de una fórmula más íntima, ésa que tan buenos resultados le dio en ¿Y tú de qué te ríes?, con el que recorrió los escenarios del país durante más de una década. Ahora, este intérprete versátil capaz de ganarse al auditorio con una canción o un chiste estrena nueva propuesta, Mi imaginación y yo, que se vio el martes en la Sala Triángulo de Madrid y que mañana se presenta en Sevilla, la ciudad en la que despegó su trayectoria profesional (sala Malandar, a las 21:30, entradas a 6 euros).

El gaditano, que actualmente vive en Madrid, añoraba esas actuaciones junto a la Banda de la María donde daba rienda suelta a su afición por la música, pero encontró en el grupo La Bizarrería a unos nuevos compañeros de viaje. Con ellos afronta esta mezcla de "concierto, teatro y chuminadas", como define O'Dogherty con su habitual ironía el recital que ofrece. En él compartirá con los espectadores "las canciones que he ido componiendo en mi casa", la mayoría de ellas inéditas excepto las que ya ha presentado en Paramount Comedy, un repertorio que muestra después de que el guitarrista Miguel Marcos, uno de los componentes de La Bizarrería, lo ilusionara con el proyecto de una gira.

La formación que visita Sevilla, adelanta O'Dogherty, "es algo más tradicional que la Banda de la María. Aquí hay una guitarra, un bajo, quizás un acordeón como algo más llamativo", explica este hombre-orquesta que tras una larga carrera en teatro y cine incrementó su popularidad gracias a Camera Café o Doctor Mateo. Pero el intérprete rectifica pronto: el espectáculo lleva por título Mi imaginación y yo, y, por tanto, sus contenidos van a ir más allá de lo tradicional. Entre las sorpresas que deparará la velada se encuentra "un piano de cola pequeñito" del que habla O'Dogherty con entusiasmo, una pieza elaborada para la ocasión que cuenta con "cajones y recovecos" del que su propietario sacará "unos diez instrumentos: una guitarra, un ukelele... Los que me han visto saben lo que me gustan esos detalles", explica.

El showman intercala algunos monólogos "muy breves, en los que cuento de qué van o cómo surgieron las canciones", y en el que O'Dogherty plasma "mi forma de ver la vida, las cosas que me pasan". El amor, aquí, tendrá menos importancia: el actor avisa que otro de sus proyectos gira alrededor de este asunto. En Madrid, el público aplaudió "un espectáculo entretenido, diferente, muy dinámico. Pensaba que estas canciones me gustarían sólo a mí", afirma el andaluz entre la sorna y la modestia, "pero parece que no es así".