Amanda Seyfried explora el drama tras 'Garganta profunda'

La actriz presenta en la Berlinale el 'biopic' de la estrella del porno de los años 70 Linda Lovelace

Amanda Seyfried, ayer en Berlín.
Amanda Seyfried, ayer en Berlín.
Almudena De Cabo (Dpa) Berlín

10 de febrero 2013 - 05:00

La adapatación al cine de la turbulenta vida de la actriz de cine porno Linda Lovelace, protagonista de Garganta profunda, suscitó ayer una gran expectación en la Berlinale, donde se estrenó, aunque fuera de concurso. En ese apartado, el de la competición oficial, se proyectaron tres filmes: la alemana Gold, de Thomas Arslan; la rusa Dolgaya schastlivaya zhizn (A long and happy life), de Boris Khlebnikov; y The necessary death of Charly Countryman, que no suscitaron entusiasmo ni entre la pública ni entre el público a pesar de que la primera es la única cinta alemana de la Sección Oficial.

El protagonismo fue para Lovalace, codirigida por Jeffrey Friedman y Rob Epstein y protagonizada por Amanda Seyfried. "Es una historia fascinante", declaró la actriz, conocida por su participación ¡Mamma Mia! o la más reciente Los miserables. "No conocía nada de Linda Lovelace cuando me ofrecieron hacer la película, y creo que la mayoría de la gente sólo la conoce como estrella porno, pero ella fue mucho más", agregó Seyfried, que comparte pantalla con una inesperada Sharon Stone en el papel de su estricta y tradicional madre.

Garganta profunda, de Gerard Damiano, estrenada en el verano del 72, supuso toda una revolución en aquella década y atrajo la curiosidad de la clase media estadounidense. El filme recaudó 600 millones de dólares, pero a su protagonista no llegó ni uno solo. Lovelace es un drama sobre la vida tras la pantalla, sobre las violaciones, la prostitución y las vejaciones sistemáticas que le infligió su marido. Lovelace logró poner fin a su matrimonio y salió de la industria del porno, tras lo cual se convirtió en una abanderada contra los malos tratos y contra industria pornográfica.

"Es una película feminista", defendió el codirector Epstein. "A lo largo de la historia Linda consigue encontar su voz, su persona", concluyó Epstein, antes de advertir que, pese a las apariencias, el suyo no es un filme "sobre sexo".

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