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Victoire Bidegain di Rosa

"Andalucía es la gran aliada española en la difusión de la cultura francesa"

  • Tras cuatro años de trabajo entusiasta, en constante diálogo con creadores de Andalucía y Extremadura, esta diplomática se despide de Sevilla para asumir su nuevo cargo en Lisboa.

Desde septiembre de 2009, Victoire di Rosa ha sido la agregada cultural francesa para el sur de España, cargo del que se despide para asumir estas competencias en Lisboa el próximo otoño. Diplomática experta en artes y apasionada por la lidia, Di Rosa ha tejido, desde la sede consular en la Plaza de Santa Cruz de Sevilla, una tupida red de alianzas y colaboraciones entre creadores de ambos países que examina a modo de balance.

-¿Cuáles han sido las prioridades de su trabajo en Andalucía?

-Mi misión principal es la difusión en Andalucía y Extremadura de la cultura francesa en todos sus campos: el libro, el cine, las artes escénicas y visuales... pero también la ciencia, la traducción, el debate de ideas o la gastronomía. El concepto francés de la cultura es muy amplio. Además, desde 2012 me responsabilicé de la cooperación educativa con la Consejería andaluza de Educación y de las secciones bilingües. La cultura y la lengua van muy ligadas para nosotros y en Andalucía el multilingüismo se ha cuidado mucho. Más que ninguna otra autonomía, Andalucía es la gran aliada en la difusión de la cultura francesa, quizá por la proximidad con el norte de África, donde se habla francés, y la apertura a las culturas del Mediterráneo. Pero también por la política de la Junta, que desde hace muchos años promueve las secciones bilingües: en 1998 se crearon las de francés y hoy hay 59 en toda Andalucía. Hay muchas más de inglés, claro, pero es una cifra muy importante, y aún más porque, a pesar de la crisis, siguieron apoyando con constancia el multilingüismo y la formación del profesorado. 250.000 alumnos aprenden actualmente francés en las escuelas andaluzas. Esos escolares son nuestro primer público y trabajamos para darles el suplemento de alma que es nuestra cultura. Además, crece muy rápido la demanda del diploma oficial de lengua francesa, también en el ámbito escolar. Los exámenes aumentaron entre un 25 y un 30%. Con la crisis la gente invierte en su formación.

-En 2011 puso en marcha con la UNIA los Encuentros franco-españoles, que han abordado temas profesionales como el libro electrónico y el arte digital. La tercera edición, sobre el mecenazgo cultural, superó todas las expectativas. ¿Qué lecciones dejó ese foro?, ¿ve viable una ley española similar a la francesa?

-Encontramos a muchos sectores interesados en que salga adelante la ley de mecenazgo. Seguir el ejemplo francés no es tan difícil, la ley allí ha funcionado muy bien y tras 10 años de balance (se aprobó en 2003) no sólo ha conseguido compensar la caída de presupuestos públicos sino crear una nueva mentalidad en Francia, donde se creía que el Estado tenía el monopolio de la cultura y el patrimonio. En 2003, menos de 200 empresas hacían mecenazgo en Francia; ahora son ya más de 25.000 y la ley introduce para ellas una reducción de impuestos del 60%. Los ciudadanos y las empresas han visto el interés del mecenazgo, que además se ha convertido en una oportunidad para hacer más atractivos los territorios de las provincias. Ese cambio de mentalidad es tan importante como las ventajas fiscales.

-Las artes escénicas y el cine son dos pilares de la cultura francesa. ¿Cómo trabaja el Instituto Francés para favorecerlos teniendo en cuenta que carecen aquí de espacios de exhibición?

-Coproducimos y trabajamos junto a creadores e instituciones del sur español, como las Filmotecas de Andalucía y Extremadura, La Cinemateca o los teatros Central, Alhambra y Cánovas de la Junta de Andalucía. Pero no imponemos nada, nos apoyamos en el diálogo con la institución correspondiente, en sus deseos y necesidades. Un ejemplo es la colaboración con el sello Green Ufos, un socio clave que lleva años difundiendo la vitalidad de la escena musical francesa, o con el programador escénico Manuel Llanes, que ha trabajado durante dos décadas con nosotros y al que seguimos apoyando porque no hay en el sur de España una institución comparable al Central, con una programación internacional atenta al trabajo de las compañías francófonas. Es importante aprovechar las oportunidades de colaborar, como nos ocurrió con Agnès Varda. Gracias al director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes, y del Festival de Cine Europeo de Sevilla, José Luis Cienfuegos, cristalizó la ocasión de homenajearla en todas sus facetas artísticas. La invitamos por primera vez a Sevilla en 2011 y se enamoró al instante del Monasterio de la Cartuja, sede de la muestra sobre su obra. Desde el Instituto Francés dimos luego apoyo logístico al Festival de Cine al traer sus películas en 35 milímetros.

-Su nuevo destino, Portugal, será una de las cinematografías homenajeadas en la próxima edición del certamen que dirige Cienfuegos.

-Sí, pero también habrá mucho cine francés en el próximo festival. Cienfuegos es muy francófilo y le ha ido muy bien en Cannes, lo cual es estupendo para la difusión de nuestra cinematografía. Su interés viene de lejos. Cuando estaba al frente del Festival de Gijón fue el primero en hacer una gran retrospectiva de Olivier Assayas.

-Su esposo, Hervé di Rosa, es uno de los grandes pintores franceses contemporáneos y el director del Museo de Arte Modesto (Miam) de Sète. ¿Cuál es su visión del momento creativo de los artistas visuales del sur español?

-Gracias a la exposición Paso en la tierra que el Instituto Francés produjo con el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus) conocí a muchos andaluces participantes, como Pilar Albarracín, Agredano, Palomino, Curro González... La comisarió mi gran amigo William Jeffet, director del museo Dalí de Saint Petersburg (Florida), que cuenta con la mayor colección del pintor fuera de España. Esa exposición itinerante reúne originales impresos de 45 artistas que trabajan en Francia y España, se puede ver ahora en Bilbao y se inaugurará luego en Alicante. Los buenos artistas españoles sufren, como los franceses, el predominio del mercado, agravado por la crisis. Sin embargo, la Historia nos ha demostrado que nunca, de ninguna manera, ha sido el mercado el que nos ha enseñado lo que es el arte. Con el tiempo se verán los talentos. En Andalucía hay estructuras fabulosas y espacios de belleza plástica increíbles pero los profesionales tienen muchas dificultades porque los presupuestos no están a la altura de sus ambiciones y el tejido artístico es muy joven, reciente y frágil, y ha sido debilitado aún más por el corte brutal en el apoyo a la cultura, con bajadas superiores al 50%.

-Sus antecesores dispusieron de generosos presupuestos pero usted llegó a Sevilla justo cuando se agravó la crisis. ¿Cómo hizo frente a esos recortes?

-Como no tenía un presupuesto importante quise crear lazos profesionales entre los artistas y los gestores culturales, un trabajo subterráneo pero constante. Varios programas nos permiten que esos vínculos sean duraderos: invitaciones profesionales, residencias creativas en París (como la que acaba de completar Curro González) o cursos especializados, caso del que ofrecimos a la arqueóloga Ana Gómez, responsable del castillo de Mairena del Alcor que intenta ligar su trabajo patrimonial con la creación contemporánea. Siempre hay un interés por la escena cultural francesa pero estos programas refuerzan la colaboración y el que los artistas se pongan a estudiar francés y trabajen en nuestro país y no, por ejemplo, en Estados Unidos.

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