Murillo & García & Ruiz & Casal | Crítica

El futuro ya está aquí

Murillo y García, junto a Casal, en San Luis de los Franceses

Murillo y García, junto a Casal, en San Luis de los Franceses / Aníbal González (Femàs)

Los agoreros del fin de la Civilización Occidental, la decadencia de la educación y la desaparición de la cultura del esfuerzo quedaron en evidencia, un año más, en el concierto de becados de la Asociación de Amigos de la O.B.S. que felizmente nos trae cada edición del Femàs: se demostró de nuevo que los músicos de la nueva generación de la denominada música clásica, y de la barroca en particular, están mucho mejor preparados que los de la anterior.

El asunto fue particularmente evidente en cuestiones técnicas, a buen seguro gracias a la sólida formación general de estos músicos en los respectivos instrumentos modernos –antes de dar el paso a sus versiones barrocas–, y de forma abrumadora en el caso de Víctor García, que sorteó con sobradísima soltura y, en general, muy buena afinación las mil dificultades técnicas planteadas a su mano izquierda por las obras del programa (sobre todo Barrière), en tonalidades complicadas, con subidas muy frecuentes al registro más agudo del chelo y con movimientos completos en dobles cuerdas y acordes.

No muy lejos le anduvo Andrés Murillo, con maneras de lo más rigurosas del mundo barroco ortodoxo (el violín apenas apoyado en su hombro, muñeca derecha muy flexible) e impecable ornamentación a la francesa, aunque con un sonido algo más superficial, para atacar un repertorio más sofisticado que agradecido para el oyente. Los veteranos Casal y Ruiz asumieron su papel secundario con la debida discreción y eficacia.

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