Cultura

Arquitectura de vanguardia en plena Sierra de Aracena

  • Una ruta para convertirse en un auténtico turista rural, habitando en una antigua panadería, una cuadra o la casa de un minero, y disfrutando de los paisajes de la Sierra de Aracena y el río Guadiana

EL Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche es uno de los destinos preferidos del turismo rural en nuestra comunidad. La variedad de sus paisajes, desde las extensas dehesas de encinas y alcornocales donde se crían los cerdos que han dado fama internacional a este lugar, hasta los densos bosques de castaños centenarios y las bellas riberas bañadas por tres ríos distintos (el Guadalquivir, el Guadiana y el Odiel), hacen de este paraje un lugar excepcional para disfrutar de la naturaleza. Esto explica que en los últimos años hayan proliferado numerosos establecimientos hoteleros y casas rurales por la zona. Sin embargo, muchas de ellas rompen con la sostenibilidad de un medio declarado de interés paisajístico, histórico y artístico por la Junta de Andalucía. Pero hay excepciones. La empresa sevillana Bau Ksar ha creado una peculiar red de casas rurales respetuosas con el entorno a través de la restauración de antiguas instalaciones o viviendas en desuso, situadas en dos entornos de extraordinaria belleza: la localidad serrana de Valdelarco y el antiguo poblado minero de Puerto de la Laja (perteneciente al municipio El Granado).

Enclavado en el corazón del parque natural, casi oculto en el fondo de un valle de la Sierra de Hinojales, descansa ajeno al mundanal ruido el poblado de Valdelarco, un conjunto urbano (declarado Bien de Interés Cultural) por el que no parece haber pasado el tiempo. Calles estrechas y empinadas, que se organizan escalonadamente en la ladera, sostienen un entramado de casas, muchas de ellas del siglo XVIII, en cuya planta alta destacan las características solanas, especies de terrazas cubiertas.

En esta localidad la empresa Bau Ksar ha restaurado una antigua panadería, una cuadra y un zarzo o secadero de castañas. Para ello, sus arquitectos (Ramón Pico Valimaña y Javier López Rivera) han recuperado técnicas en desuso, como muros de piedra y tapiales de herencia árabe, junto con otros materiales rabiosamente actuales, tales como acero en chimeneas y hormigón pulido en suelos. Su decoración, sobria y moderna, es una combinación entre lo urbano y lo rural, con muebles contemporáneos, como una cocina bauhaus, con otros restaurados, propios de las instalaciones. Así, la antigua panadería convertida en casa, conserva en sus paredes los objetos y útiles encontrados en las ruinas.

El gran protagonista de estas casas es, no obstante, el entorno, que penetra por los grandes ventanales. Un entorno maravilloso, que invita a descansar o a pasear, para poder conocer algunos encantos de la zona, como son la fuente-manantial de las Alberquillas, los frondosos bosques de alcornocales, encinas y castaños que limitan la zona de acampada libre de las Casas del Talenque, o las vistas privilegiadas que ofrecen los miradores del Risco de la Manzana y del Puerto de Lanchar.

También la gastronomía del lugar merece tener una especial atención, pues aparte del cerdo ibérico y sus productos, como el popular caldillo de las matanzas, sus campos son ricos en caza mayor (jabalíes, venados) y menor (perdices, tórtolas, conejos y liebres), y sus platos típicos, también. Además, son tradicionales las migas serranas (con pimiento y patata) y la repostería colmenera, con los moquijones y los huevos nevados, sin olvidar, el afamado queso de cabra de Aracena.

El otro lugar privilegiado donde la eco-arquitectura se ha instalado con respeto a las estructuras físicas, biológicas y sociales de la zona, es el Puerto de la Laja, en el municipio de El Granado, que hace frontera con Portugal. Un lugar único del río Guadiana, de gran belleza natural, y de silencio ensordecedor. Un antiguo poblado minero que cuenta con los restos de un cargadero de mineral que el tiempo ha convertido en imponentes restos de valor histórico-industrial y el final de una vía verde que recupera el trazado del ferrocarril que hacía el recorrido entre la mina y el puerto.

En el Puerto de la Laja la empresa Bau Ksar ha reconstruido ocho casas turísticas y tiene proyectado la construcción de un Centro Ecológico y Deportivo en el antiguo cargadero de mineral, dotado de un Centro de Interpretación del Río, alojamientos bioclimáticos y toda una zona de servicios para embarcaciones a vela, incluido un pantalán de atraque, que sirva de aprovechamiento de un cauce fluvial como vía de transporte alternativo. Y es que es imposible sustraerse a la invitación de navegar el Río Guadiana, más aún a medida que pueblos como Sanlúcar del Guadiana y El Romerano, en Huelva, y Alcoutim, Guerreiros do Río y Almada do Ouro, en Portugal, descuelgan puertos y pantalanes en los que goletas, veleros y otras embarcaciones engalanan su lecho.

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