Femás 2014. Programa: 'Bach Family'. Obras de J. S. Bach, C. P. E. Bach y J. C. Bach. Solistas: Georg Kallweit, violín y dirección. Xenia Löffler, oboe. Lugar: Centro Cultural Cajasol. Fecha: Lunes 24 de marzo. Aforo: Tres cuartos de entrada.

Desde el primer compás de la primera suite del padre Bach demostró anoche la Akademie berlinesa, una de las más importantes orquestas barrocas de la actualidad, que su visita al Femás respondería a las altas expectativas en ella depositadas: un sonido suntuoso y bien empastado, pulido por una espléndida sección de maderas, era puesto al servicio de una extrema claridad, al punto de que el espectador pareció tener abierta ante él la partitura de cada obra interpretada. Tal claridad, enemiga -por delatora- del músico fullero, no hizo por el contrario sino evidenciar la trabajadísima precisión de la orquesta berlinesa, que funcionó con la conjunción y complicidad de un auténtico grupo de cámara.

El concierto fue una lección de retórica musical desde el más ortodoxo historicismo; un artesanal gusto por el detalle y por el gesto exacto nos mostró la elegancia de la música afrancesada de Johann Sebastian y el dramatismo artificioso y lleno de contrastes de la de su hijo Emanuel, justamente el Bach de Berlín, hacia cuyo estilo demostró una natural afinidad el grupo.

Entre los solistas lució más la homogeneidad y belleza del oboe de la Löffler que el sonido honesto y expuesto del violín de Kallweit. El programa se cerró con una tremolante, casi violenta sinfonía de Johann Christian, en cuyo movimiento lento (muy Andante, nada Adagio) se echó de menos el lirismo que habría redondeado la noche con la intuición de lo sublime: al fin y al cabo, aunque escuchábamos al Siglo de las Luces, la generación de los hijos de Bach es tenida por prerromántica, y la ensoñación necesita algo de bruma y penumbra.