Cultura

Audiard y Cotillard llevan el amor y la violencia a Cannes

  • El director de 'Un profeta' emociona con una historia muy dura sobre personajes que sobreviven en tiempos de crisis

El director Jacques Audiard y la actriz Marion Cotillard emocionaron y pusieron el tono serio en Cannes con un drama, por momentos demasiado lleno de historias paralelas, pero rodado con maestría, realista y nada condescendiente. De rouille et d'os (Óxido y hueso) es una dura historia que emocionó a Cotillard cuando leyó el guión aunque no comprendió a su personaje.

"Me sentí conmocionada por la historia", explicó ayer Cotillard en Cannes, en la presentación de una película que forma parte de la sección oficial del festival. "Normalmente tengo una comprensión inmediata del personaje al leer un guión, pero en este caso, tras leerlo, no sabía quién era Stéphanie". La actriz le preguntó a Audiard, que tampoco sabía quién era Stéphanie, y "esa perspectiva de partir juntos al encuentro de ese personaje" fue lo que más le interesó.

Un personaje que cambia mucho a lo largo de la película. De ser una mujer segura de sí misma, bella y con éxito pasa a ser una minusválida tras sufrir la amputación de las dos piernas y tener que readaptarse a su nueva vida. La historia está basada en relatos del canadiense Craig Davidson, cuyas ficciones suelen transcurrir en un universo de personajes desclasados y en medio del cual Audiard y Thomas Bidegain decidieron poner una historia de amor.

"Tras mi película anterior -la magnífica Un profeta-, que se desarrollaba en una cárcel, sin luz, en espacios confinados, sin mujeres... teníamos ganas de ver una historia de amor, de espacios, de luz", explicó el director. De ahí que la historia, sombría por su contenido, se desarrolle en Cannes, un lugar lleno de luz que Audiard capta de manera magistral con una cámara digital, casi siempre en mano, con la que ha logrado unos bellísimos planos que contrastan con la dureza de la historia en la que se ven envueltos los protagonistas: personajes en tiempos de crisis en una historia dominada por los sentimientos y la violencia.

Pero que no están tan lejos de la gente corriente, señaló Cotillard, que consideró que la historia entra "en la desgraciada normalidad de mucha gente", de personas que tienen pruebas a superar y que lo hacen lo mejor que pueden. Y para poner en marcha el filme, Audiard tuvo muy claro que quería contar con Cotillard. "Cuando acabamos el guión pensé de forma natural en Marion", dijo, y definió a la intérprete como "muy viril y muy sensible al mismo tiempo, capaz de pasar al otro lado del muro".

Tras buscar en gimnasios y clubes de boxeo, Audiard encontró al protagonista masculino, Matthias Schoenaerts, viendo una película en la que aparecía. Su personaje se volverá fundamental para el de Stéphanie. "Desde que el personaje femenino ve los combates, la historia abandona cualquier toque gore", explicó Audiard, que se preguntó si la mirada de Stéphanie sobre Ali (encarnado por Schoenaerts) cuando está boxeando es de admiración por su valor. "Yo creo que no", agregó.

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