Boris Izaguirre y su viaje a la Revolución cubana

El 'showman' presentó 'Y de repente fue ayer', una novela de amistad entre dos hombres

El televisivo Boris Izaguirre, ayer en la Feria del Libro de Sevilla.
El televisivo Boris Izaguirre, ayer en la Feria del Libro de Sevilla.
Patricia Godino / Sevilla

22 de mayo 2009 - 05:00

Confesó que no esperaba tanta expectación en su "primera vez" en la Feria del Libro de Sevilla, pero Boris Izaguirre (Caracas, 1965) sabe dominar a las masas frente a frente tanto como a la cámara. La Carpa acogió ayer la presentación de su nueva novela, Y de repente fue ayer (Planeta), una historia en la que intenta "involucrar al lector en un viaje a la Revolución cubana", ahora que se cumplen 50 años. Y a la vez, contar "la historia de la telenovela", que también nació en Cuba de la mano de Félix B. Caignet. Este género televisivo, que nació de la radionovela, se configuró en un mosaico de "elementos narrativos, poéticos y empresariales" que sirvió como "sello de distinción de la cultura popular de todo un continente".

El venezolano, comparado por cierta crítica como el nuevo Truman Capote, destacó que en su día "la Revolución cubana fue un motivo de esperanza para convertirse al cabo de los años en un desengaño", tanto para él como para sus padres. Por esa razón ha tratado de "narrar la historia de un hijo de la izquierda latinomericana". Y ello pese a que Izaguirre "nunca" ha estado en Cuba, por lo que para acometer la historia de Ovalo y Efrain -los protagonistas de la novela- ha tenido que realizar un "intenso trabajo de documentación" en la que no han estado exentos los "sueños". Según confesó este showman de carrera literaria "poco ortodoxa", una mañana que abrió la ventana de su hotel en Sevilla pensó que tenía La Habana delante de sus ojos. "La ventana de tu habitación puede ser la ventana del mundo que imaginas y quieres compartir con los lectores", dijo.

Y de repente fue ayer está dedicada a su amigo Leopoldo Alas y precisamente la amistad es el eje de esta novela escrita con un estilo que quiere "arropar al lector". La anterior, Villa Diamante (finalista del Premio Planeta, 2007), se adentra en la familia. Y en su próxima obra explorará el terreno de la pareja heterosexual porque "no la conozco" y "necesita ser revisada desde otro punto de vista". Y ello pese a que no cree "en la literatura homosexual ni en la femenina". El sexo, dijo, "no determina la forma de escribir".

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