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babylon cabaret | Crítica de teatro

Cabaret se escribe con C de circo

El elenco completo de 'Babylon Cabaret'

El elenco completo de 'Babylon Cabaret' / Juan José Palenzuela

La nueva normalidad llegó al Teatro Romano de Itálica con la inauguración de Anfitrión, el Festival de Artes Escénicas creado por José Lucas Chaves, Director de Música y Artes Escénicas de la Agencia de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía y que tuvo, ayer, estreno simultáneo. En Sevilla, la compañía Laviebel con Babylon Cabaret y en la Alcazaba de Almería, Marcat Dance, del bailarín y coreógrafo Mario Bermúdez con su espectáculo Alanda.

José Lucas Chaves ha ideado un Festival que rezuma consistencia. Sevilla, Cádiz, Huelva y Almería acogen una programación avalada por premios Max, premios Lorca y otros reconocimientos pero que, sobre todo, pone en valor a las artes escénicas de Andalucía. Una programación cien por cien andaluza que demuestra el altísimo nivel de nuestros artistas y que, en gran medida, trabajaban más fuera de nuestra comunidad que en ella.

La imagen de unas gradas llenas, con un público provisto de mascarillas, haría las delicias de un fotógrafo de instantáneas inesperadas. El asfixiante calor (33 grados a las 23:00 horas) fue otro de los protagonistas de la noche

Laviebel, dirigida por Emilio Goyanes desde 1992 ha creado un universo propio que la convierte en una de las mejores compañías españolas (ha recibido dos premios Max (2010 y 2011 por ‘Cabaret Liquido’ y ‘La Barraca del Zurdo’ respectivamente) y tres premios Lorca de 2013 por ‘Cabaret Popescu’.

Con un regusto por el cabaret que le ha llevado a producir un espectáculo tras otro con este mismo tema, Goyanes ha llegado a reinventar el concepto cabaret. Si en sus anteriores propuestas bebía más de la fuente original, aquellos cabarets de entreguerras, procaces y politizados, en ocasiones, bellísimos, en ‘Babylon Cabaret’ se aprecia una evolución hacia un nuevo camino. Introduce como factor determinante el circo y lo combina con el musical. Se suceden, como es ley no escrita en la cultura circense, los números sin continuidad aparente y el más difícil todavía. Hay un voluntario ‘in crescendo’ desde las canciones bufas del comienzo hasta el número de la trapecista que canta mientras ejecuta sus ejercicios y que levantó al público.

El título del espectáculo y la imagen de la Torre de Babel con la que comienza y termina el espectáculo conforma el sentido de la propuesta de Goyanes: idiomas distintos para las letras de las canciones, viajes atemporales, mezclas de razas y países, desorientación de una civilización que sigue aturdida, ahora con más razón por el Covid-19, (bien es verdad, que el espectáculo se creó con anterioridad a la epidemia).

Un elenco de 8 intérpretes en los que hay que resaltar a todos ellos porque es un trabajo excelente de grupo. Con la música en directo, se suceden los números de acrobacia, mástil chino, trapecio, rueda cyr, canciones originales, swing egipcio, lenguaje coreográfico, proyecciones e iluminación robótica.

Las piedras de Itálica se sintieron cómodas con esta explosión de luz, color y música creadas por el desconcierto de una civilización que proviene de Babel.

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