Martínez-Pierret & Huillet | Crítica

Bailando en un salón femenino

Carmen Martínez-Pierret

Carmen Martínez-Pierret / D.S.

Germaine Tailleferre es la menos difundida de Les Six, no porque fuera mujer, sino porque su música adopta casi siempre un tono naíf, que en esta Suite burlesque, que es la obra de una mujer de 88 años, resulta casi infantil. Satie la reconocía como “su hija”, pero la ironía y la irreverencia del maestro le pillan un poco lejos a esta música. Escrita un siglo antes, La marcha de los elfos de la americana Julie Rivé-King tiene el mismo tono de despreocupación pueril.

Luego el recital se hizo danzable, primero con el intrascendente Grand Valse de Maria Szymanowska, a la que se usa a menudo como muleta chopiniana, después con los Six Valses-Caprice de Mel Bonis, sencilla y franca música de salón. Pauline Alpert fue una destacada pianista en la época del ascenso de la cultura popular en los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX: su Marcha del Blues, llena de tresillos y síncopas, es virtuosística, de una levedad que nunca hiere ni incomoda. Bien contrastados en carácter y con algunos momentos de atractivo cromatismo los Doce Valses de Marie Jaëll, puede que la obra de mayor interés de todo el recital. Final con las Seis piezas románticas de Cécile Chaminade, con las que el salón se llenó de postales líricas, con finos apuntes descriptivos que eluden el pintoresquismo y un final con un rigodón casi mecánico, que parece apuntar al mundo de las pianolas.

Carmen Martínez-Pierret defiende esta música menor con convicción, y Thierry Huillet se unió a ella para un recital sin sobresaltos, con buena compenetración, solvente técnica e impecable musicalidad.

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