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Cecilia Lavilla & Miguel Ituarte | Crítica

La frialdad de una voz a medio gas

Miguel Ituarte acompañando a Cecilia Lavilla Berganza en el Alcázar

Miguel Ituarte acompañando a Cecilia Lavilla Berganza en el Alcázar / Actidea

Noche fresca en los Jardines del Alcázar. Se fue el calor tórrido y parece que también el calor de la escena. La visita ya habitual de Cecilia Lavilla con Miguel Ituarte resultó desangelada y fría. La soprano madrileña tardó muchísimo en calentar su voz, especialmente unos agudos que estuvieron descolocados casi toda la noche. A lo largo de su carrera ha construido Lavilla un instrumento sólido y homogéneo, con un centro de suficiente tersura y anchura y unos graves más que solventes, pero hay días en que la voz no termina de estar en su sitio.

El exigente repertorio de arranque (la Op.23 de Clara Schumann) ayudó poco y la cantante se refugió en un vibrato excesivo e invariable, estructural, que desfiguró incluso su habitual fluidez en el fraseo, que en este caso resultó demasiado forzado y muy poco variado: las frases se sucedían una exactamente igual a la anterior, sin apenas matices dinámicos ni elasticidad, una monotonía que se trasladó también a las canciones de Fanny Hensel. La cosa mejoró un poco con Lili Boulanger y, sobre todo, con Cécile Chaminade, muy especialmente en los pasajes más declamados, en los que la soprano, que contó toda la noche con un soporte de lujo en las manos de Ituarte, pareció reencontrarse con su mejor estilo en la forma de decir y de recogerse en la levedad de los pianissimi, que, eso sí, la ayudaron toda la noche a respirar. Muy emotiva la dedicatoria a su madre (la gran Teresa Berganza) de la propina, una canción de Pauline Viardot.

El recital mostró por otro lado los riesgos de ofrecer a un público generalista un concierto con este repertorio no ya sin acercarle los textos de las canciones (posibilidad que nunca ha proporcionado el Festival del Alcázar), sino sin ni siquiera un simple programa de mano que sirva de guion, un daño colateral de la pandemia que amenaza con extenderse por todos los ámbitos del circuito clásico.

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