Ya en sus tiempos al frente de Sick Buzos, una de las bandas más añoradas y carismáticas de los años 90 en la ciudad, Chencho Fernández se reveló como uno de las figuras locales más brillantes por su talento para el rock de escenas urbanas y corazones desengañados, un imaginario atemporal que a partir de referentes ineludibles en su caso como Bob Dylan o Lou Reed, al que el cantante y compositor sevillano siempre supo aportar un sello propio. Con los años se le fue poniendo cara de underdog, por decirlo a la manera de Sly Stone, o de músico de culto, es decir, admirado mucho por unos pocos, ya que su trayectoria, guadianesca y errática a pesar de su participación en fantásticos proyectos como el de Lavadora, no siempre estuvo a la altura de las extraordinarias expectativas que él mismo había suscitado.

Algo cambió el año pasado con la publicación de Dadá estuvo aquí, su primer álbum en solitario que supuso además el estrenó como sello de la histórica sala Fun Club, un lugar importante para Fernández y para tantos y tantos otros amantes del rock de su generación, de lo cual da fe uno de los temas emblemáticos del disco, Radio Fun Club. Un trabajo radiante -radiante de verdad- en el que, con Jordi Gil como productor y arropado por una banda sutil y fibrosa, Chencho Fernández dio con algo verdaderamente significativo, no sólo porque se le escucha -se le siente- más a gusto que nunca en sus zapatos, sino porque además, con el paso de los meses, ha adquirido poso de cartografía sentimental para los aficionados al rock. Con esa fuerza, con el aval de haber publicado, mucho más allá de absurdos chovinismos, uno de los mejores discos de rock nacionales publicados en los últimos tiempos, regresa esta noche a Fun Club (apertura de puertas a las 21:30, entradas a 10 euros; 8 si es anticipada).