Chey Jurado deja su 'Raíz' en el auditorio del Cicus
Chey Jurado | La crónica
La ficha
Chey Jurado. 'Raíz'. Dentro del ciclo 'Estrénate' del Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla. Fecha: Jueves, 30 de noviembre.
Anoche, dentro del programa 'Estrénate' que organiza el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla, tuvimos la oportunidad de ver de nuevo en Sevilla al bailarín y coreógrafo Chey Jurado (Badajoz, 1989).
Procedente de las danzas urbanas, especialmente del breaking y el popping, Jurado ha ganado numerosos certámenes y se ha convertido en los últimos años en uno de los bailarines más premiados y aclamados, tanto a nivel nacional como internacional. El año pasado se alzó con el Premio El Ojo Crítico de Danza, entre otras cosas por haber sabido crear una poética propia con las herramientas de la danza urbana.
En mayo de este mismo año pudimos ver en este mismo escenario, en el programa ‘Ahora! Danza’, una de sus mejores piezas, Samsara, un magnífico dúo bailado con el granadino Javito Mario.
Como la mayoría de bailarines especializados en piezas cortas y espacios no convencionales, Jurado disfruta también compartiendo su arte con otros artistas, incluso de géneros diferentes, como ha demostrado trabajando en compañías como La Veronal, Roberto Oliván o, recientemente, Peeping Tom, con quien lo hemos visto recientemente en el Teatro Central.
De todos ellos ha ido aprendiendo ya que, según contaba anoche, “mi cuerpo es artista, pero mi mente es artesana y va asimilando y ordenando todo lo que le llega”.
Por todo ello, amén de por la extraordinaria calidad de su movimiento, fue un placer ver anoche Raiz, un breve solo que nació en 2019 como homenaje a su padre, un ser valiente que, afectado por la polio en una pierna, fue capaz de llegar a las olimpiadas paralímpicas.
La imagen paterna lo lleva en esta pieza a desafiar al dolor, bailando durante varios minutos en una rueda giratoria con un pie pegado a la misma. Luego, su gusto por lo teatral, cada vez más acentuado, lo llevó a inscribir su danza, siempre fluida y gustosa, en un discurso urbano que, con la luz, el vestuario y la música, lo convierte, además en un inquietante personaje.
Al final de la pieza, el bailarín mantuvo un animado coloquio con los numerosos jóvenes que acudieron al pequeño auditorio del Cicus. Y es que, como también subrayó el jurado de El Ojo Crítico, Chey Jurado “está abriendo desde el break dance un puente para acercar nuevos públicos y nuevas generaciones a la danza”.
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