ensayo | crítica de teatro

Descansa Rambert, un ratito

Un cuarteto de lujo, Emilio Tomé, Fernanda Orazi, María Morales e Israel Elejalde

Un cuarteto de lujo, Emilio Tomé, Fernanda Orazi, María Morales e Israel Elejalde / Vanessa Rábade

Definitivamente, y hasta nueva orden, me bajo del carro del tan ponderado escritor francés Pascal Rambert. La fascinación del Teatro Central, que raya en la parafilia en todo lo referente al nuevo teatro que están generando el Teatro del Barrio y el Pavón Kamikaze de Madrid, ha programado lo último de Rambert, artista asociado al Pavón Kamikaze, desde La clausura del amor pasando por Hermanas hasta este Ensayo en el que se repite el esquema de su presentación en monólogos.

Si en las dos primeras, sólo eran dos protagonistas y, aún así, el texto se hacía duro, pesado y asfixiante, solo sobrellevado por las magníficas interpretaciones de sus actores, en Ensayo la propuesta se multiplica por dos. Fernanda Orazi, María Morales, Emilio Tomé e Israel Elejalde, cuatro actores impecables, perfectos, se ocupan de sacar adelante esta plúmbea versión metateatral (deberían mirarse menos al ombligo) de la descomposición de un grupo teatral que simboliza, en cuatro monólogos, el cansancio, las traiciones, el aburrimiento, el desgaste, el amor y el desamor y un abanderamiento político dirigido a una juventud (que anoche casi no existía entre el público presente) a la que se le invitaba, una y otra vez, a que se manifestara

La fuerza interpretativa de sus cuatro intérpretes, sublimes, salvan un texto tramposo.

ante/contra la sociedad actual.

Entiendo el placer onanista madrileño y francés por este tipo de teatro, pero no lo comparto. Hubo un momento que tanta palabrería sonaba a música, y es un piropo, sin importar, realmente, lo que se estaba diciendo. Texto pedante e insufrible sólo salvado por sus inmensos intérpretes.

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