44 Inch Chest. Reino Unido, 2009, 94 min. Dirección: Malcolm Venville. Intérpretes: John Hurt, Ray Winstone, Ian McShane, Tom Wilkinson.

Casi toda la película transcurre en un único espacio, la habitación donde varios amigos han llevado, tras el pertinente secuestro, al amante de la mujer de uno de ellos. Reunión repleta de grandes actores, todos con sus personalidades de ficción muy bien delimitadas dentro de cierta excentricidad british (sin llegar, desgraciadamente, a la caricatura a lo ladykillers); todos, claro, sin verdadera personalidad, pues a cada uno de ellos le llega su momento discursivo.

No tardarán en hacer la obra de teatro de 44 inch chest -su proyección en el Lope de Vega es, desde luego, acertada-, filme viejo, mustio, predecible (y con un uso de la música de Badalamenti para echarse a llorar) que recuerda a todas y cada una de las cintas claustrofóbicas rodadas en las últimas dos décadas. A Venville le hubiera venido muy bien que Tarantino hubiera muerto de pequeño, atragantado con una croqueta. No tanto porque así no se notaría su indecorosa falta de estilo e ideas, sino porque al menos no sentiríamos ese triste "quiero y no puedo", "copio pero intento no copiar", que hace del filme una pequeña tortura. Los actores, ya saben, geniales, sobre todo Hurt.