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Cultura

Emotiva despedida lorquiana

tierra-lorca. cancionero popular. Ballet Flamenco de Andalucía. Dirección artística: Rafaela Carrasco. Coreografía: Rafaela Carrasco, Ana Morales, David Coria y Hugo López. Música: Pablo Suárez (piano), Antonio Campos, Jesús Torres y Juan A. Suárez 'Cano'. Cante: Gema Caballero (artista invitada), Antonio Campos y Antonio Núñez "El Pulga". Intérpretes solistas: Rafaela Carrasco, Ana Morales, David Coria y Hugo López. Cuerpo de baile: Alejandra, Gudí, Florencia O'Ryan, Laura Santamaría, Paula Comitre, Carmen Yanes, Eduardo Leal, Antonio López y Alberto Sellés. Iluminación y espacio escénico: Gloria Montesinos. Imágenes: Visuales Tama. Diseño de vestuario: Blanco y Belmonte y Pilar Cordero. Fecha: Lunes, 19 de septiembre. Lugar: Teatro de la Maestranza. Aforo: Casi lleno.

El Teatro de la Maestranza vivió anoche otra velada más para la historia del flamenco andaluz: el cierre de una etapa del Ballet Flamenco de Andalucía que, a partir de ahora, queda a la espera de un nuevo proyecto coreográfico.

Rafaela Carrasco, que ha hecho una estupenda labor al frente de un conjunto que ha sufrido como todos las consecuencias de la crisis económica, había terminado ya su etapa cuando se le pidió que montara una pieza para el programa Lorca y Granada en los jardines del Generalife.

Tierra-Lorca es, pues, una especie de propina cuya producción se se llevó a cabo en muy poco tiempo y con unos medios bastante modestos. El resultado, sin embargo, ha sido más que digno, entre otras cosas porque el tema del mismo, las anciones populares que Lorca arregló y grabó con la voz de su amiga La Argentinita en 1931, había sido objeto también de un bonito espectáculo de la Carrasco, Vamos al tiroteo (estrenado en la Bienal de 2008), del que ha salido, por ejemplo, el hermoso y sensual dúo que ella misma baila con David Coria, mostrando todo lo que se puede componer con un mantón.

La pieza juega con unos paneles móviles, donde vemos fotos e imágenes de Encarnación López y de Federico mientras se van sucediendo las canciones, algunas de ellas interpretadas por dos invitados de excepción: el pianista Pablo Suárez y una cantaora tan particular como Gema Caballero.

Escenas de conjunto -las menos- y numerosos solos que permitieron el lucimiento de los solistas: Ana Morales, una de las mejores bailaoras de su generación, con un Anda Jaleo que deviene petenera; David Coria por farruca y Alberto Sellés y Hugo López que surgen con fresca flamencura de un Café de Chinitas que nos hizo recordar que hubo mejores tiempos para el Ballet (antes Compañía Andaluza de Danza) y para toda la cultura.

Rafaela, además del dúo citado tuvo también sus momentos de lucimiento en solitario, como el baile con abanico que dedicó a Las tres morillas, cantadas con enorme delicadeza por Caballero.

Unos sones de Asturias y unos fandangos de Graná pusieron con castañuelas el alegre fin. Y fue entonces, con el público de pie, cuando nos dimos cuenta de que era la despedida de un grupo de artistas que no se sabe si volverá a coincidir en un escenario. Abrazos de todos para todos y una Rafaela Carrasco, emocionada hasta las lágrimas, recibiendo el cariño y el agradecimiento de su tierra sevillana.

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