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"En España sólo importa el deporte, los políticos quieren un país inculto"

Ángel Corella se incorpora al Ballet de Pennsylvania tras verse obligado a disolver su compañía

Ángel Corella se considera una "víctima" del "mangoneo" y las "promesas constantes" de la Administración.
Concha Barrigós (Efe) Madrid

19 de agosto 2014 - 05:00

Ángel Corella ha sido víctima en España de las "promesas" de políticos que le han "mangoneado" y le han abocado a disolver su compañía, pero fuera le estaban "esperando" y acaba de ser fichado por el Ballet de Pennsylvania, al que se incorpora esta semana como su director artístico "lleno de planes" y "feliz". Corella, que sustituye a Roy Kaiser en la que es "la quinta compañía de danza más relevante de Estados Unidos", comienza ahora a asumir sus funciones de manera parcial y, a partir de enero, será el director artístico, elegido entre 35 candidatos.

"Lo único que me preguntó el comité de selección fue por la disolución de mi compañía. Les dije que el problema había sido la crisis, pero no sólo la económica, sino la de valores; que aquí lo único que importa es el deporte y que los políticos tratan de hacer un país inculto", opina.

Tras 19 años en Estados Unidos, de ellos 17 en el American Ballet Theatre, Corella decidió regresar para dedicarse a la escuela y la fundación que había creado en España junto a su hermana para luego, admite, caer en la tentación de "creerse" las promesas de los políticos. "Empezamos en Castilla y León. Teníamos un presupuesto ridículo, 400.000 euros. Para conseguir el resto, es decir 1.250.000 euros para una compañía de 70 bailarines, teníamos que hacer de todo. Estuvimos cuatro años así", rememora Corella.

Luego, sintetiza, hubo un cambio en el Gobierno y la nueva consejera de Cultura de Valladolid les comunicó que la compañía era "un producto de lujo" que no se podían permitir y que no les iban a "apoyar" más. "Decidimos regresar a Barcelona, confiando de nuevo en las promesas de los políticos, en este caso de Trías, Mas y Josep María Matas. Todos estaban encantados con el proyecto", asegura. Actuaron en Nueva York, ya como Barcelona Ballet, pero nadie se hacía cargo de los gastos. "Nos presentamos en la Diputación y nos dijeron que los 1,6 millones de euros que nos habían garantizado se quedaban en 120.000 euros. Nuestra equivocación fue no haber firmado un contrato", lamenta. Y el Barcelona Ballet tuvo que presentar en 2012 un expediente de regulación de empleo (ERE) de seis meses que afectaba a la cuarentena de trabajadores del grupo. En diciembre de 2013 la situación se hizo insostenible y llegó la disolución.

"Hemos sido víctimas de las promesas constantes de políticos que nunca las han llevado a cabo y sobre todo de su mangoneo, de llevarnos de un lado a otro diciéndonos que todo iba a salir y que era fantástico, pero ya vemos en las noticias hacia dónde iba todo ese dinero que nunca llegaba a la cultura", apunta Corella, que también recibió ofertas del Teatro Mijailovksi de San Peterburgo o del Ballet de Nueva Zelanda.

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